Laura Daniela Álvarez, la “influencer” cubana que alguna vez posó al lado del nieto del fallecido Fidel Castro, rompió el silencio y confirmó lo que muchos ya sospechaban: su romance con Sandro Castro es cosa del pasado.
A veces, la verdadera revolución empieza con un “No”. Así respondió Laura Daniela cuando le preguntaron si seguía con Sandro. Directa, sin rodeos y con ese toque de glamur millennial que la ha llevado a acumular casi 140 mil seguidores en Instagram. Su declaración apareció entre historias efímeras, pero el mensaje fue eterno: “Todo lo que empieza llega a su fin”.
Aunque la separación ocurrió hace meses, la noticia no había sido confirmada hasta ahora. Ella misma se encargó de detallar que fue quien tomó la decisión final con un contundente “Yess”. Y, como quien lanza una indirecta cargada de libertad, deslizó que uno de los motivos de la ruptura fue su deseo de abandonar Cuba tan pronto como termine su carrera en Medicina Veterinaria.

Desde hace semanas, las pistas eran claras: no se seguían en redes, las fotos en pareja desaparecieron misteriosamente y los rumores se dispararon cuando Sandro, al parecer, estrenó compañía sentimental. Pero fue Laura quien eligió el momento y la forma para ponerle punto final al cuento.
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Originaria de La Habana, la joven de 26 años no solo ha trabajado como modelo, también ha sido embajadora del Bar EFE —local propiedad del propio Sandro— y se ha desempeñado como Community Manager. A diferencia de otras influencers que viven de la polémica, Laura había mantenido un perfil bajo en lo sentimental, hasta que la presión pública la llevó a romper su silencio.

Y lo hizo con estilo: ni lágrimas, ni indirectas envenenadas. Solo claridad, una pizca de ironía y ese empoderamiento que se gana cuando una mujer toma las riendas de su propia historia. “Mi vida ha ido a mejor”, aseguró sin titubeos.
Desde su comentado episodio en 2021 —cuando fue vista junto a Sandro a bordo de un auto de lujo, desafiando límites de velocidad en plena crisis cubana—, la figura de Laura ha generado curiosidad y controversia. ¿Era solo una cara bonita junto al nieto de la dinastía? ¿O una joven atrapada en el engranaje del poder y los privilegios?