La esperada “Marcha del Pueblo Combatiente”, convocada por el régimen cubano el 20 de diciembre, dejó más dudas que certezas, especialmente en torno a...
Cualquiera que haya participado en una marcha convocada por el gobierno en Cuba sabe cómo funcionan este tipo de manifestaciones, que el gobierno trata...
La exhibición de lujos en un país donde muchos luchan por satisfacer necesidades básicas pone en entredicho cualquier afirmación de que Sandro Castro es un joven "normal" como cualquier otro cubano. Más bien, representa a una élite privilegiada que disfruta de beneficios inaccesibles para la mayoría de la población.
En una isla donde “resistencia creativa” se ha convertido en el mantra oficial para justificar la escasez, mientras el pueblo cubano común y corriente seguirá en la penumbra, viendo cómo los buchitos de luz que quedan iluminan solo a unos pocos privilegiados, en la fiesta de Sandro caben todos, siempre que sean “gente bonita”, sin otra preocupación que no sea enajenarse.
Este tipo de eventos reflejan el abismo entre la élite cubana y el pueblo que dice representar. Sandro Castro, con sus fiestas y su vida de opulencia, se ha convertido en un símbolo de la desconexión y la hipocresía del régimen. Mientras el gobierno sigue pidiendo ayuda internacional y culpando al embargo por la crisis, sus herederos celebran en grande sin ningún remordimiento.
Cubanos "entretenidos" reaccionan, comentan y comparten hasta la saciedad todo lo relacionado con el drama entre Lazarito y Yarelis, al que ahora se ha reincorporado un viejo conocido: Miyares.
Lasaga entre Lázaro y Yarelys ya está” bautizada” Sandro Castro, nieto del fallecido Fidel Castro, recibió a Lázaro en su bar de privado y se tiró un selfie junto al ex de “Yarelys”.