Hace poco menos de una semana que Shady Cobas sonrió por último vez. Lo hizo el día de los trágicos sucesos del Hotel Saratoga, antes de que el destino quisiera que la trágica explosión pusiera fin a su vida. La camarera de 27 años terminó sumida entre los escombros de la instalación y no fue hasta cinco días más tarde, que su cadáver logró ser rescatado por los voluntarios de la Cruz Roja. Durante todo ese tiempo, sus amigos y familiares se negaron a abandonar la esperanza de verla sonreír una vez más.
La chica fue una de los 51 trabajadores de la instalación hotelera que prestaban servicios aquel fatídico 6 de mayo. Su cuerpo terminó siendo el número 45 entre la lista de fallecidos y tras conseguir su rescate, los efectivos de la Cruz Roja y el Cuerpo Nacional de Bomberos se retiraron de la zona en la que merodeaban también los amigos y familiares de Shady, la muchacha a la cual la vida le fue muy corta para entregar amor y sonrisas a quienes la quisieron.
Desde que su nombre se incluyó en la lista de desaparecidos, una marea de publicaciones en redes sociales trataron de alejar el mal augurio de la muerte eminente. “De mi corazón nunca te fuiste, siempre recordaré cada momento lindo que tuvimos. Yo tenía esperanzas de verte como la última conversación que tuvimos, esa sonrisa tuya nunca la olvidaré. Esto ha sido muy duro, pero algún día nos volveremos a encontrar. Se fue un ángel de nuestras vidas, que Dios te espere en un lugar hermoso”, escribió Loreta Perez Pérez, una amiga cercana a la víctima y su familia.
Mientras que otra mujer, Adriana Zambrano, sostuvo que “La Calle Acosta hoy se viste de luto, se siente vacía. Vas a ser la persona que muchos vamos a recordar como esa chica única y emprendedora que siempre tenía una sonrisa en su rostro”. Según todos los que la conocieron, la vida le fue muy corta a Shady, quien debió abandonarla del modo que nadie esperó. Mucho menos su madre, su hermana, su sobrino y su esposo, quienes sienten ahora un hueco en sus corazones y probablemente carguen con ese vacío eternamente.
“Hoy se fue una hermana. Más que una hermana, una amiga incondicional, una hija sin igual, una luz que alumbraba el mundo con su sonrisa, con sus buenas acciones, sus consejos y sus palabras”, dijo Yordanys Ameh.
Antes de conocerse la noticia este jueves, las redes sociales se inundaron también con fotos de la cubana.
“Espero que sigas con la misma sonrisa y que bajes de peso, que tú siempre fuiste la negrita más linda de toda la escuela”, le escribió un amigo y compañero de la escuela. Uno de los tantos que extrañarán a Shady y que jamás esperaron contar con su nombre en las listas mortales del Hotel Saratoga.
