Boris Titov, Comisionado para la Protección de los Derechos de los Empresarios en Rusia y líder del Consejo Empresarial Rusia-Cuba, comparó a Cuba con la URSS de finales de los 80 y destacó las oportunidades del mercado emergente.
Afirmó, señala la agencia TASS, que aunque muchas actividades aún están prohibidas en Cuba, algunas ya están permitidas y existe una gran economía sumergida. Titov instó a los empresarios a explorar este mercado prometedor, pero subrayó que Cuba aún necesita llevar a cabo reformas de mercado completas.
Titov también señaló que las autoridades cubanas están considerando abrirse al mundo, y que Rusia está ayudando a Cuba, principalmente con recursos energéticos. Además, reveló que un centro comercial ruso, la Casa de Comercio Rusa, abrirá pronto en La Habana, operando sin la mediación de una empresa estatal y con precios establecidos de manera independiente.
¿Puede una reforma de mercado sacar a Cuba de la crisis económica?
Muchos expertos consideran que Cuba necesita una transformación profunda; fundamentalmente en su base ideológica que es, a la postre, la que ha sumido a la economía cubana en los niveles de pobreza que tiene actualmente.
Sin embargo, el Partido Comunista de Cuba se ha negado reiteradamente a hacer transformaciones de este tipo, e incluso ha criticado en el pasado, reformas de mercado que han tenido lugar en otros países. ¿Es esta, la reforma de mercado la solución perfecta para sacar de la pobreza a la economía cubana?
Titov – tal vez pensando en el modelo ruso – que se autotransformó de un país socialista a una economía de mercado, cree que sí, y los hechos pudieran darle la razón.
La llamada reforma de mercado, nace del llamado Consenso de Washington, surgido en los años 80´. En un inicio incluía un conjunto de 10 políticas orientadas al mercado, y los países que la aplicaron experimentaron resultados variados
En sus inicios, los países que adoptaron estas reformas de mercado experimentaron inicialmente un declive en el crecimiento económico per cápita. Durante este periodo, las políticas del Consenso de Washington incluyeron medidas como la privatización, la disciplina fiscal y la apertura comercial.
Sin embargo, muchos estudios iniciales encontraron que estas políticas no mejoraron las condiciones económicas en estos países debido a factores como la falta de consideración por la economía política dentro de los países, la política de condicionalidad de las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), y las reformas que no enfatizaron adecuadamente el papel de la propiedad local en la política económica doméstica.
A pesar de los desafíos iniciales, los países que adoptaron las reformas experimentaron aumentos notables en el crecimiento del PIB real per cápita en el período posterior al año 2000.
La lógica indicaría que un gobierno estable y un entorno sociopolítico, con un enfoque en políticas pro-pobres, son ingredientes esenciales para implementar con éxito las reformas económicas.
Las reformas orientadas al mercado suelen ser mucho más exitosas cuando se implementan junto con políticas pro-pobres y cuando los responsables de la formulación de políticas tengan la capacidad estatal para implementarlas, algo que en el caso cubano, aferrado a una ideología desfazada, y con un férreo control estatal sobre todos los aspectos de la vida en la isla, parece improbable.
Una visión útil de cómo las reformas del mercado pueden llevar al crecimiento económico, debe tener en cuenta que cada país es único y los resultados de las reformas pueden variar dependiendo de una serie de factores, incluyendo el contexto político, económico y social de cada país, que en el caso cubano incluiría: un embargo económico por parte de su más cercano vecino – nacido de la coyuntura ideológica abrazada por el gobierno de Fidel Castro – un desencanto social, envejecimiento poblacional, fuga de talentos, fuga de la fuerza laboral joven, y otros.
Nadie duda que, de producirse las condiciones necesarias, Cuba pudiera volver a ser la nación próspera que una vez fue. ¿Tenía deficiencias?
Sí, como todo modelo socio-político, la Cuba antes del 59 tenía cosas perfectibles y, presuntamente para eso, se hizo una lucha armada; encaminada a resolver problemas que, ahora, han vuelto con más fuerza que nunca.
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