Si bien ya sabemos que la pornografía está prohibida en Cuba, eso no ha sido una barrera para que los cubanos sean bastante asiduos al consumo de este tipo de contenidos. así como a la utilización de juguetes sexuales.
El consumo de pornografía también podríamos decir que se ha incrementado ante las dificultades para encontrar pareja aunque no existe ninguna investigación conocida que respalde tal aseveración. Es lógico que ante esos complejos escenarios los cubanos se desfoguen con el consumo de “porno” en sus más diversas variantes.
El sexo por dinero o por recargas telefónicas ha proliferado en alguna medida durante los últimos años. Cubanas y cubanos brindan sus fotos o videos sexuales a cambio de ese tipo de ganancias para todos los que puedan pagarlos, una modalidad que se une a las ofertas de las mujeres y hombres que no han dejado de vender diferentes servicios sexuales en las calles o en las cercanías de los hoteles.
No es un secreto que este tipo de servicios se ha potenciado con la crisis económica que ha provocado que miles de cubanos busquen emigrar hasta jugándose la vida en el mar o en las selvas para llegar a Estados Unidos.
Por otro lado los juguetes sexuales han incrementado sus precios. Si bien antes podían ser comprados por la media de la población, hoy son un lujo.
Por ejemplo un consolador puede costar 60 dólares en redes sociales mientras un “vibrador realista con doble penetración” se vende en 3500 cup, por solo citar dos ejemplos de los más «normalitos» en cuanto a precios.
Lo anterior demuestra que incluso la posibilidad de tener placer sexual por cuenta propia se ha encarecido hasta la médula y hay que recurrir a otros métodos más primitivos para satisfacerse.
igualmente las dificultades para encontrar pareja se hacen evidentes por la migración o por los altos precios que conlleva invitar a la persona que nos gusta a compartir alguna noche en una discoteca o restaurante.
A todas luces la desbordada inflación causada por las medidas erradas del gobierno ha llegado también al sexo. Pero esperemos no sean para quedarse porque si a la falta de alimentos y de medicinas y de casi todo, también agregamos la dificultades para el sexo ya sería demasiado para poder seguir metiendo el cuerpo a la vida sin canalizar la energía sexual que circula por las venas.
