¿Recuerdan las recomendaciones culinarias de Frei Betto? Pues bien parece que cuando le sugirió a los cubanos comer cáscara de papa no avizoró que pronto ese alimento podría entrar en la categoría de los inalcanzables para la mayoría de la población, que no puede pagar los 250 pesos que vale la libra de este tubérculo en la isla.
Posiblemente no imaginó el fraile brasileño que se quedaría corto ante la inventiva por necesidad de los cubanos.
Dicho de otro modo no llegó a pensar que sería posible, por ejemplo, la receta de ropa vieja con cascara de plátano. Pero los cubanos han demostrado (una vez más) que cuando el estómago se pega al espinazo y el bolsillo grita de desolación las recomendaciones de un fraile pueden quedarse cortas.
Betto también señaló que el problema de los alimentos en Cuba era que los cubanos tenían mucho apetito. Ya en este punto existe un conflicto mayor que no tiene solución a la vista. No se sabe con qué vara se puede medir el apetito de las personas pero la realidad confirma que de ser verdad la mayoría de los cubanos no tienen muchas posibilidades de llevar los nutrientes necesarios a la mesa debido a los altos precios de los alimentos y la carestía de los salarios. No hablemos entonces de cómo tratar de saciar el apetito.
O sea esta declaración del bueno de Betto se ha ido de cabeza contra el muro de la escasez, la precariedad y la inflación porque el problema, como siempre se supo, no es el apetito de los cubanos, sino la mala alimentación que existe en un país que, para colmo, tiene un alto grado de envejecimiento; un país en el que el gobierno no puede cubrir las necesidades básicas de sus ancianos ni de sus niños, con todo lo que ello implica a largo plazo, entre ello el surgimiento de varias enfermedades que se hacen crónicas.
Nadie duda de las buenas intenciones del fraile brasileño pero la realidad cubana también lo ha golpeado en la cara y quizá se lo piense dos veces antes de volver a sugerir a los cubanos algunas recetas culinarias que en cualquier momento se pueden convertir en un lujo sino lo son ya.
Por ejemplo sugirió hacer dulce con la cáscara de melón y ya se sabe lo que podría costar esta deliciosa fruta en cualquier mercado. Eso por no hablar del precio de la papa.
Por otro lado los cubanos se preguntan con razón el motivo de la escasez de los alimentos de la canasta básica cuando se han marchado del país más del 2 por ciento de su población. Parece una pregunta ingenua pero no lo es porque en vez de suministrar al menos a tiempo los productos de la libreta de abastecimiento, el gobierno los raciona más. Por suerte siempre queda el embargo como excusa ante esta pregunta que se hacen a diario los cubanos que no tienen acceso a dólares, a remesas o a negocios en las mipymes.
En cualquier caso habría que preguntarle a Betto sobre alguna nueva sugerencia porque ya la cáscara de papa y de melón han entrado en la categoría de “alimentos de lujo” para los cubanos.
Y del desbordado apetito, bueno, de eso mejor ni hablar.
