La boda que catalogan como «la más controvertida del año», ha generado un gran revuelo tanto en Noruega como a nivel internacional.
A no dudarlo, muchos de los que están en contra, deben tener un racismo solapado escondido dentro.
Ella tiene 52 años y él 49, aunque luce mucho más joven. Algunos detractores dicen que es «un charlatán y un impostor».
Este fin de semana, la Princesa Marta Luisa de Noruega, de 52 años, contraerá matrimonio con Durek Verrett, un gurú espiritual de Hollywood que se autoproclama chamán y afirma haber «resucitado de entre los muertos». La boda, que ha generado un gran revuelo tanto en Noruega como a nivel internacional, se celebrará en una ceremonia privada en el pintoresco pueblo de Geiranger, un lugar reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a sus impresionantes fiordos.
El anuncio de su compromiso en junio de 2022 sorprendió a muchos, dado el perfil polémico de Verrett, de 49 años, quien ha afirmado en múltiples ocasiones haber tenido experiencias sobrenaturales, incluida su resurrección tras haber muerto a los 28 años.
Según Verrett, durante una experiencia cercana a la muerte, sufrió convulsiones, fallos orgánicos y llegó a estar clínicamente muerto durante cuatro minutos, antes de ser revivido. Esta y otras afirmaciones de Verrett, así como sus prácticas espirituales, han generado escepticismo y críticas, particularmente en Noruega, un país conocido por su tradición real conservadora.
Los festejos de la boda comenzaron con una recepción en un hotel histórico en Ålesund, donde se reunieron cientos de invitados, entre ellos miembros de la realeza sueca y personalidades de la televisión estadounidense, para celebrar la unión. El itinerario de la boda incluye un viaje en barco a lo largo del fiordo hasta Geiranger, donde la pareja intercambiará sus votos.
Marta Luisa, quien es la hija mayor del rey Harald V de Noruega y fue una destacada jinete, ha sido un personaje controvertido en la vida pública noruega durante años. Ha sido abierta en cuanto a su interés por las terapias alternativas y se autodenomina clarividente, afirmando tener la capacidad de hablar con ángeles. Estas creencias la llevaron a perder su título de «Su Alteza Real» en 2002, cuando decidió fundar su propio negocio basado en estas prácticas espirituales.
El prometido de la princesa, Durek Verrett, es un consejero espiritual afroamericano que cuenta con celebridades como Gwyneth Paltrow y Antonio Banderas entre sus seguidores. Sin embargo, su enfoque espiritual ha sido duramente criticado en Noruega.
Entre sus polémicas declaraciones, Verrett ha sugerido que el cáncer es una elección y ha promovido ejercicios para eliminar «improntas» de los cuerpos de mujeres dejadas por parejas sexuales anteriores. Además, vendió medallones por $222 en su sitio web, afirmando que lo ayudaron a superar la COVID-19. Estas afirmaciones han llevado a algunos medios noruegos a etiquetarlo como «un charlatán y un impostor».
A pesar de la controversia, Marta Luisa ha defendido con firmeza a su prometido, presentándolo al mundo en 2019 a través de una publicación en la cuenta de Instagram que ambos comparten y en la que tienen casi un cuarto de millón de seguidores, donde instó a los críticos a no juzgar y expresó su amor por él.
En noviembre de 2022, la princesa renunció a sus deberes reales para dedicarse a su carrera en la curación holística y la espiritualidad junto a Verrett, aunque conservó su título, con la condición de no usarlo para fines comerciales.
La boda de este fin de semana será un evento que reunirá a la realeza y a figuras de alto perfil, en medio de un escenario natural incomparable. Aunque la relación de Marta Luisa y Durek Verrett ha sido objeto de un escrutinio constante y ha desatado un amplio debate sobre las tradiciones reales y la modernidad, la princesa ha dejado claro que, a pesar de todo, el amor es lo que prevalece.
Este evento, que muchos califican como la boda real más inusual del año, será sin duda recordado como un hito en la historia moderna de la realeza noruega. Queda por ver cómo la pareja navegará por las aguas turbulentas de la opinión pública una vez que se hayan dado el «sí, quiero» en las majestuosas tierras de Geiranger.
El ejemplo del príncipe Harry y Meghan Markle, está aún muy reciente, y ya sabemos todo lo que ha sucedido.
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