Una peluca negra y outfit copiado bastaron para encender nuevamente la mecha entre Kenny Robert y Rachel Arderi. El influencer cubano, maestro del humor ácido y la parodia sin censura, desempolvó su personaje estrella, Jessica, para lanzar una nueva crítica satírica que sacudió las redes… y de paso, removió heridas pasadas.
Desde el lujo de Las Vegas hasta la comicidad callejera con acento cubano, hay un abismo que Jessica, el alter ego más irreverente de Kenny Robert, cruza con tacones (o bolsas plásticas) sin pestañear. Esta semana, el comediante volvió a dar de qué hablar con una parodia que se convirtió rápidamente en tendencia: una recreación, con carga de ironía y doble filo, del video viral donde la joven modelo Rachel Arderi -esposa del reguetonero Oniel Bebeshito- aparece vestida con la ropa de su pareja mientras él la graba entre risas.
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Pero Kenny no se quedó solo con el vestuario. Fue más allá. Con una interpretación teatral digna de reality show, su personaje Jessica imitó cada gesto, cada pose sensual y hasta las famosas “motonetas” en el cabello de Rachel. Eso sí, sustituyó las costosas botas blancas Balenciaga por bolsas del supermercado atadas con arte callejero. Una metáfora visual que grita: “el humor no se compra, se inventa”.
Las redes estallaron. Comentarios como “Jessica, tu esencia vale más que la apariencia” o “Ya he visto este outfit en Las Vegas, pero el tuyo tiene más alma” inundaron la sección de comentarios. En paralelo, no faltaron los que recordaron el pasado: la polémica que semanas atrás enfrentó a ambos creadores de contenido, cuando Rachel reaccionó molesta por una imitación anterior de Kenny, alegando que se burlaba de su manera de hablar tras haber sufrido un accidente de tránsito en Miami, donde perdió su G-Wagon.
Aunque en ese entonces Kenny retiró el video y ofreció disculpas públicas, asegurando que su intención no era herir, la tregua fue más corta que una historia de Instagram. Ahora, con esta nueva entrega, el fuego se avivó como si nunca se hubiese apagado. Jessica, en plena performance, reapareció hace unos días posando junto a una G-Wagon idéntica a la que Rachel perdió.
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Muchos creen que lo que estamos presenciando entre estos dos no es solo un cruce de egos o una competencia por “likes”, sino una batalla simbólica entre dos formas de construir fama: el lujo aspiracional y la autenticidad burlesca. Rachel representa la estética de vitrina, mientras Kenny apela al humor popular y al lenguaje de la calle. En ese choque, Jessica no es solo un personaje: es un comentario social con peluca.