El actor estadounidense James Franco se encuentra en Nápoles, al sur de Italia, donde se cree que graba sus escenas como Fidel Castro para la película independiente “Alina of Cuba”, inspirada en la vida de la hija ilegítima del líder cubano, Alina Fernández.
James Franco, de 45 años, ha subido de peso y se ha dejado una barba desordenada para encarnar a Castro, un cambio de imagen radical con respecto a papeles anteriores, como el del rompecorazones de Hollywood, James Dean.
El padre del actor es de ascendencia portuguesa, por lo que el productor del filme, John Martínez, cree que Franco fue el candidato perfecto para interpretar a Fidel Castro, cuyo padre nació en España.
En declaraciones a DailyMail, Martínez dijo que el proyecto buscaba un actor que tuviera un gran parecido físico con el verdadero Castro. “Revisamos todas las filas de actores con raíces latinas en Hollywood para encontrar a alguien que tuviera una estructura facial similar y descubrimos que James tenía el parecido más cercano de los actores principales de nuestra industria”.
Fidel Castro estuvo casado dos veces y algunos expertos estiman que tuvo al menos diez hijos. Durante su primer matrimonio tuvo dos hijos ilegítimos: Jorge, con una admiradora, y Alina, con Natalia Revuelta, quien estuvo involucrada en el movimiento revolucionario.
Alina descubrió que Fidel era su padre biológico cuando tenía diez años. De adulta, se convirtió en una de las voces más críticas y abiertas contra el gobierno cubano y finalmente, en 1993, huyó a España disfrazada con una peluca.
“Alina of Cuba” fue escrita y está siendo dirigida por el cineasta español Miguel Bardem y es una de las primeras incursiones de Franco en la actuación después de una pausa de cuatro años.
Este sería el regreso de Franco a la gran pantalla después de que, en 2018, cinco mujeres lo acusaron de comportamiento sexual inapropiado. Al año siguiente, dos estudiantes de su escuela de actuación, Studio 4, solicitaron una indemnización tras acusaciones de que habían soportado “audiciones y rodajes de explotación sexual”. La demanda se resolvió con Franco pagando más de 2,2 millones de dólares.
