Según el informe oficial titulado «Informe Nacional de Cuba sobre Prevención y Enfrentamiento a la Trata de Personas y Protección a las Víctimas«, las jóvenes cubanas intercambian servicios de sexo a extranjeros por algo tan banal como recargas telefónicas.
Las jóvenes cubanas siguen ofreciendo servicios a extranjeros en intercambio por recargas telefónicas, según un informe reciente presentado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX). El informe destaca la interacción de jóvenes en busca de beneficios como recargas internacionales y transferencias bancarias a cambio de contenido sexual en línea.
El documento detalla que, aunque en 2022 no se encontraron pruebas de trata de personas en centros turísticos, se detectaron y se evitaron 13 casos de proxenetismo y prostitución sin la participación de menores de edad.
Además, el Ministerio de Educación (MINED) de Cuba registró ocho incidentes extraordinarios, incluyendo abusos, acoso sexual y maltratos, todos sin implicar trata de personas pero con riesgos potenciales para menores involucrados.
Desafortunadamente, cinco niñas y una mujer fueron víctimas de explotación sexual en 2022.
Los perpetradores enfrentaron cargos severos, con penas de hasta 18 años de privación de libertad por corrupción de menores y explotación sexual. Las víctimas menores tenían entre 13 y 14 años. Un caso particularmente perturbador involucra a una madre que vendió a su propia hija.
Otro hombre en La Habana, Cuba, fue sentenciado a 15 años por abusar y luego forzar a una niña de 14 años a tener relaciones sexuales con cuatro hombres.
Otro incidente involucra a un padrastro que coaccionó a su hijastra para ofrecer servicios sexuales a un hombre a cambio de dinero, aprovechando la situación de la madre enferma de la menor.
Otros tres casos en diferentes provincias de Cuba también se detallan en el informe, donde los acusados fueron sentenciados a prisión por involucrar a menores y mujeres en actividades sexuales a cambio de dinero.
A pesar de estos incidentes, el informe del MINREX sugiere que estos delitos son de baja incidencia en el país, atribuyendo esta situación a las políticas de «Tolerancia Cero» y a la ausencia de redes delictivas organizadas en Cuba.
Este informe destaca la necesidad de abordar este problema y proteger a las jóvenes cubanas de la explotación y otros riesgos relacionados.
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