El huracán Helene ha dejado un saldo devastador en el sureste de Estados Unidos, con al menos 64 muertos confirmados al 29 de septiembre de 2024.
La tormenta que tocó tierra en Florida como huracán de categoría 4, alcanzando vientos sostenidos de 140 mph, dejó la región de Big Bend sumamente afectada, pero la destrucción se extendió rápidamente hacia Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia, con daños significativos en viviendas, infraestructura y servicios esenciales.
Huracán Helene en la Florida
En Florida, donde Helene tocó tierra inicialmente a las 11:10 p.m. cerca de Perry, Florida, y las inundaciones y los vientos huracanados causaron la muerte de al menos 11 personas, varias de ellas debido a ahogamientos y la caída de árboles en áreas residenciales.
El primer fallecimiento se confirmó en Tampa, Florida, cuando una señal de tráfico cayó sobre un automóvil que circulaba por la Interestatal 4, lo que resultó en la muerte inmediata del conductor. Este incidente se produjo horas antes de que la tormenta tocara tierra, lo que subraya la magnitud de la devastación que Helene provocó incluso antes de su llegada.
El huracán Helene hizo su entrada en el estado de Florida la noche del jueves 26 de septiembre, convirtiéndose en el primer huracán de categoría 4 en azotar la región de Big Bend desde que existen registros, marcando el inicio de una serie de eventos destructivos en su paso por el sureste de Estados Unidos.
Con una magnitud nunca antes vista en esta área, Helene dejó un rastro de destrucción en las ciudades costeras de Florida, provocando daños en viviendas y comercios, especialmente en la región de Wakulla, donde las autoridades advirtieron que el evento no sería “sobrevivible” para aquellos que no evacuaran.
A lo largo de la costa, comunidades como Horseshoe Beach y Steinhatchee también se prepararon para lo peor, con tormentas previas que ya habían dejado vulnerables estas áreas tras el huracán Idalia el año anterior.
El Servicio Meteorológico Nacional de Tallahassee alertó sobre la severidad del fenómeno, indicando que los fuertes vientos penetrarían profundamente hacia el interior del sureste del país, afectando no solo a Florida, sino también a Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Alabama. Se pronosticaron tormentas eléctricas, tornados y lluvias torrenciales a medida que la tormenta avanzaba.
Más de un millón de clientes en Florida quedaron sin electricidad en la misma medianoche del jueves, mientras que se informaron cierres de escuelas, aeropuertos y carreteras en todo el estado. Al menos 70,000 residentes de las áreas más vulnerables, como Franklin, Taylor, Liberty y Wakulla, recibieron órdenes de evacuación obligatoria.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó una declaración de emergencia antes del impacto del huracán, mientras que el presidente Joe Biden autorizó la movilización de recursos federales para ayudar en los esfuerzos de respuesta y recuperación en los estados más afectados.
Helene en Georgia
En Georgia, la tragedia también golpeó con fuerza. En el condado de Wheeler, dos personas murieron cuando un tornado, generado por la actividad ciclónica del huracán, volcó una casa móvil. Este tipo de tornados son comunes en las áreas afectadas por huracanes, ya que los sistemas de tormentas tienden a generar vientos rotatorios intensos que pueden causar grandes daños. Wheeler, ubicado a unas 88 millas al sureste de Macon, también experimentó cortes masivos de energía, dejando a miles de residentes en la oscuridad.
En Georgia, la cifra de muertos ha ascendido a 17, incluyendo dos víctimas de un tornado en Alamo, un fenómeno que también ha generado destrucción en comunidades rurales. Sin embargo, el estado más afectado en términos de vidas humanas ha sido Carolina del Sur, donde se reportaron 25 fallecidos, lo que convierte a Helene en el ciclón tropical más letal para ese estado desde el huracán Hugo en 1989(
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y declaró el estado de emergencia en previsión de más desastres a medida que Helene avanza por el sureste de los Estados Unidos. Las autoridades locales habían emitido órdenes de refugio en lugar para proteger a los residentes de las ráfagas de viento que aún superan las 100 mph en algunas áreas pero, a pesar de las órdenes de evacuación obligatoria emitidas en varias ciudades costeras, algunas personas decidieron quedarse en sus hogares, lo que aumentó el riesgo de víctimas mortales.
En Taylor County, el sheriff advirtió a los residentes que no evacuaron que marcaran sus cuerpos con información personal para facilitar su identificación en caso de fallecimiento.
Helene en otros estados
La tormenta ha causado estragos en múltiples estados, con inundaciones generalizadas, daños por vientos extremos y cortes de energía. Los residentes y las autoridades continúan lidiando con las secuelas de este fenómeno, mientras Helene sigue su curso, con la amenaza de más lluvias torrenciales y tormentas severas a medida que avanza.
A lo largo de su recorrido, Helene dejó sin electricidad a más de tres millones de personas.
Las precipitaciones torrenciales, sumadas a la saturación del terreno por tormentas anteriores, causaron inundaciones históricas en Carolina del Norte, donde algunas áreas recibieron más de dos pies de lluvia.
Este escenario ha sido particularmente grave en la región montañosa, donde los deslaves y los ríos desbordados han aislado comunidades enteras. En Tennessee, equipos de rescate realizaron evacuaciones aéreas en hospitales rurales, destacando la gravedad del desastre.
El presidente Joe Biden declaró estado de emergencia en varios estados y aseguró que el gobierno federal proporcionará fondos para apoyar los esfuerzos de recuperación.
Se estima que los daños económicos provocados por Helene oscilan entre 15 y 26 mil millones de dólares, principalmente debido a los daños en infraestructuras, viviendas y la interrupción de servicios esenciales como electricidad y agua potable.
Con el paso de los días, los equipos de emergencia siguen trabajando para rescatar a las personas atrapadas en áreas inundadas y restaurar los servicios básicos. Sin embargo, las operaciones han sido complicadas por el colapso de puentes y carreteras, especialmente en zonas rurales. Mientras la tormenta se disipa, se teme que el número de víctimas fatales continúe aumentando.
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