Por estos días se cumplen 9 años de la muerte del actor cubano Humberto Páez, un deceso que tomó a muchos por sorpresa, y dejó un vacío en quienes lo conocieron y disfrutaron su talento, aunque solo fuera por el papel de su vida: Toña la Negra.
Aquel personaje, inspirado en una persona real, llegó a las pantallas de los hogares cubanos en 1991, como uno de los amigos más cercanos y sinceros del “Tavo”, interpretado por Albertico Pujols en el serial “Su propia guerra”.
El desenlace del personaje resultó chocante, porque su personalidad rompió con muchos de los estereotipos con que se representaba entonces a homosexuales y santeros en Cuba. Ese mérito, amén de los realizadores, es del talento de Humberto Páez.
“Toña” era el padrino del “Tavo”, y sus esporádicas apariciones en los capítulos iniciales de la primera temporada de la serie fueron climáticas, desde el nacimiento de la rivalidad con “Mantilla” (Samuel Claxton) hasta su doloroso final.
Sin embargo, aunque ese papel lo consagró y le dio una gran popularidad, Humberto Páez ya tenía cierta carretera antes de que cayera ese papel en sus manos.
Tuvo un pequeño papel en la cinta “Los pájaros tirándole a la escopeta”, también con Albertico Pujols y estrellas como Reinaldo Miravalles, Consuelo Vidal y Beatriz Valdés. También actuó en “Melodrama”, una comedia dirigida por Rolando Díaz, en 1995.
En el documental “Si me comprendieras”, también de Díaz, contribuyó a dibujar la Cuba marcada por tensiones políticas, raciales y de género con una mirada de finales de siglo. Antes había estado en el elenco de “Historias clandestinas en La Habana”, película argentina protagonizada por Jorge Perugorría y Verónica Lynn.
En la televisión protagonizó el programa infantil Fantástico, un show filmado en anfiteatros. También estuvo en El Camino de los juglares, aquel programa del Guije y el majá Rigoberto Rondón.
Sin embargo, la radio fue el medio en el que sacó mayor provecho a su voz. Si bien triunfó en muchos programas policiacos y de novela en Radio Progreso, su interpretación de Ignacio “Bola de Nieve” Villa era épica. Logró, solo con la voz, encarnar como nadie el espíritu del Bola.
También se desempeñó con soltura en el teatro, y en 2005 encarnó al personaje de Primitivo en una mítica presentación de la obra Andoba, montada en el Parque Trillo de Centro Habana.
Pese a todo su talento, versatilidad y capacidad para asumir cualquier role y convencer, Humberto Páez rara vez aparecía en las reseñas culturales de la prensa cubana: nunca una entrevista, una nota, una reseña… al morir, el 25 de mayo de 2014, le dedicaron escuetas notas, aunque la noticia le dolió, y mucho, a sus muchos colegas y amigos.
Cuando lo sorprendió la muerte colaboraba con un proyecto comunitario, la compañía infantil Mar de Espuma. Pasó por varias crisis de salud, y en 2008 se le escapó a la “Pelona”, pero en 2014 ya no le quedaban fuerzas.
