En un trágico incidente en la aldea de Po Banteay, Camboya, un hombre de 72 años murió después de ser atacado por 40 cocodrilos que criaba en su granja, dijo CBS News el pasado 26 de mayo.
Luan Nam, quien también era presidente de la asociación local de granjeros de cocodrilos, estaba intentando sacar a un cocodrilo de su jaula tras haber puesto huevos, cuando el animal agarró el palo que usaba para acorralarlo y lo hizo caer al pozo.
Según el jefe de policía de Siem Reap, Mey Savry, el grupo principal de reptiles se abalanzó sobre Nam, desgarrando su cuerpo en pedazos y dejando la jaula inundada de sangre. Los restos del cuerpo de Nam estaban cubiertos de marcas de mordeduras y uno de sus brazos fue arrancado y tragado por los cocodrilos. La familia de Nam, que durante años le había instado a dejar de criar a los reptiles, ahora puede considerar vender su stock.
Este incidente trae a la memoria otros sucesos trágicos relacionados con cocodrilos en la misma región.
En 2019, una niña de dos años murió y fue devorada por cocodrilos cuando se adentró en la granja de reptiles de su familia, también en la aldea de Po Banteay Chey.
Además, a principios de mayo, se encontraron los restos de un pescador de 65 años desaparecido en Australia en el interior de dos cocodrilos. Y el año pasado, dos turistas estadounidenses resultaron heridos por un cocodrilo en un resort en México, cuando uno de ellos se fue a nadar al océano por la noche y el otro entró al agua para ayudarlo.
Las granjas de cocodrilos son comunes en Siem Reap, la ciudad que sirve de entrada a las famosas ruinas de Angkor Wat. Los reptiles se crían para sus huevos, pieles y carne, así como para el comercio de su prole. Sin embargo, estos incidentes subrayan el peligro latente en la crianza de estos poderosos reptiles.
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