El gobierno cubano anunció finalmente este miércoles la aplicación de los nuevos precios del combustible, que entrarán en vigor este 1 marzo luego de que fuera pospuesta ante un presunto ataque cibernético. En el caso del gas licuado, aplazaron el incremento de los precios.
Mildred Granadillo, viceministra primera del ministerio de Economía y Planificación, dijo que tras el restablecimiento de los sistemas informáticos “se van a actualizar los precios minoristas de los combustibles”.
Vladimir Regueiro Ale, ministro de Finanzas y Precios, insistió en que estas nuevas medidas están dirigidas a arreglar “distorsiones” en la economía. “Estamos hablando de la actualización de los precios minoristas de los combustibles. Somos conscientes de la repercusión que tienen, ya que es un producto transversal a toda la economía”, según el medio oficialista Cubadebate.
“Hasta la fecha, los precios no reconocen los costos reales en los que incurre el país. Eran precios desactualizados y generaban subsidios por el Presupuesto del Estado. Sabemos que esto tiene consecuencias en los costos de los procesos productivos. La medida tiene en sí misma un impacto inflacionario, sin embargo, hay un grupo de decisiones que atenúan su impacto”, dijo en conferencia de prensa.
Vicente La O Levy, ministro de Energía y Minas, dijo que Cuba utiliza alrededor de 8 millones de toneladas de combustible, de las cuales cerca de tres millones son de producción nacional, el resto es importado.
“Cuba tenía aseguradas estas demandas por convenios internacionales, pero los volúmenes de importaciones han disminuido por diferentes motivos”, expuso.
“En el año 2021, Cuba importó 126,000 toneladas de gasolina, en 2022 unas 192,000 toneladas y en 2023 unas 203,000 toneladas. El consumo de Cuba demanda aproximadamente 360,000 toneladas de gasolina”, dijo.
La aplicación de estas nuevas medidas repercutirán en la subida de precios de la mayoría de los servicios comerciales en el país por lo que han sido fuertemente criticadas por la población cubana, que se enfrenta una de las crisis económicas más graves durante los últimos 60 años.
Con los nuevos precios el costo del combustible subirá cerca de un 500 por ciento de su valor actual.
