El gobierno cubano pidió disculpas a Canadá por enviar el cuerpo equivocado en el proceso de repatriación de un cadáver, un hecho que consternó a la familia del occiso y ha ocupado titurales en la prensa internacional.
«Conversé telefónicamente con la canciller Melanie Joly por el desafortunado incidente en el traslado de restos de un ciudadano de Canadá fallecido en Cuba. Autoridades cubanas investigan el hecho para esclarecerlo. Trasladé disculpas y sentidas condolencias a familiares y allegados del fallecido», dijo el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla en la red X.
El hecho ocurrió cuando murió de un infarto durante unas vacaciones en Varadero, Faraj Allah Jarjour, de sesenta años. Al repatriar el cadáver su familia descubrió que le habían enviado el cuerpo equivocado. Se trataba de otro hombre más joven cuya identidad no ha sido revelada pero la investigación señala que podría tratarse de una persona de nacionalidad rusa, según la cadena pública CBC.
La hija de Jarjour no ocultó su indignación ante semejante hecho. «¿Dónde está nuestro padre? Todos me dicen que no es su responsabilidad. ¿Pero de quién es la responsabilidad?», se preguntó.
La familia dijo a medios de prensa que pagaron 10.000 dólares canadienses (7.300 dólares) para repatriar el cuerpo a Canadá, así como 15.000 dólares adicionales (10.900 dólares) para el funeral.
Karam Jarjour, hijo de la víctima, explicó que actualmente no saben dónde está el cuerpo de su padre y reveló que el cadáver «no venía ni siquiera de Cuba sino de otra isla caribeña».
Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Mélanie Joly, dijo que Canadá seguirá investigando este hecho hasta que “se resuelva”.
«Compartimos la máxima preocupación por la inimaginable situación que su familia sufre», dijo Joly. «Canadá seguirá ayudando a la familia Jarjour hasta que la situación se resuelva», añadió.
Faraj Allah Jarjour falleció de un infarto en una playa de Varadero mientras se encontraba nadando el pasado 22 de marzo. Luego cubrieron su cuerpo y lo dejaron en una silla de playa durante más de ocho horas antes de que las autoridades recogieran sus restos para llevarlos a La Habana, indicó la agencia AP.
