Ciego de Ávila es una provincia que da buenos baloncestistas, pero los alimenta mal: el exinternacional William Granda compartió en su muro de Facebook una foto del menú que están recibiendo los Búfalos avileños que disputan la Liga Superior de Baloncesto (LSB): arroz blanco, sopa turbia, mortadella en salsa y fufú de plátano verde… Todo un menú para campeones, ideal para encarar una disciplina de alto rendimiento deportivo…
“Independientemente de la situación por la cual atraviesa el país, que para nadie es un secreto que es crítica. No creo que esta sea la comida que lleve un atleta jugando una competencia de 1er nivel en el país. Así es imposible brindar un buen espectáculo y más difícil aún a los entrenadores exigir un resultado”, lamentó el veterano alero.
Granda lo tiene claro: “el baloncesto debe y tiene que seguir mejorando para el bien nuestro y este evento es lo que tenemos para ello, pero en las condiciones que actualmente se está dando la LSB no creo que sea el camino”, lamentó Granda, que representó a Cuba a nivel de selección hasta 2019, y que sobresalió en ligas latinoamericanas.
La imagen despertó viejas evocaciones de becas y escuelas al campo, de hambres viejas y bandejas grasientas, de sobrevivir hasta el próximo pase, cayéndose de sueño en las tardes no por el post-pandrial, sino por la debilidad que provoca la falta de caldero, la ausencia de proteína y nutrientes.
“Los Atletas juegan por amor, por qué ni es por dinero, ni es por privilegios. Sinceramente una plantada en el medio de la Liga y que no se juegue más”, comentó el periodista Henry Morales, un seguidor fiel del basket en su país natal.
Otros internautas calificaron el condumio de “falta de respeto total”, y algunos se preguntan para qué hacer un torneo como la LSB, si no le garantizarán condiciones básicas a los participantes. Los deportistas se pasan todo el año entrenando y pasando trabajo, y cuando comienza la competencia pasan más trabajo todavía, cuestiona.
“Así con esa atención que les están dando a los atletas claro que ninguno puede tener motivación”, comentó otra, quien ratificó su fidelidad a la causa de los Búfalos.
De hecho, en su más reciente compromiso, la escuadra de Ciego de Ávila fue apabullada por Santiago de Cuba, con una diferencia de 30 puntos. Para algunos aficionados, fue el peor juego de los Búfalos en las últimas dos décadas, con porcientos de efectividad raquíticos, y sin disciplina en la defensa. A sus 37 años, el propio Granda jugó unos 10 minutos. ¿Habrá sido hambre, o una peculiar manera de protestar por las condiciones? Ellos sabrán…
