La agencia AP destacó ayer que el asesinato de un jubilado ocurrido en un motel de la Florida sigue sin resolverse después de 25 años, aunque sus familiares confían en que pronto el culpable caiga tras las rejas.
Se trata de la muerte de Albert Seaburg, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que como ingeniero tuvo un papel clave en el diseño del primer reactor nuclear de Illinois.
Seaburg murió el 4 de septiembre de 1997 en extrañas circunstancias.
Desde Chicago había reservado una noche en un motel de la Florida, estado al que llegó conduciendo. Sin embargo, horas después fue encontrado con dos heridas de bala. Muerto.
Los investigadores creen que su muerte se debió a un robo fallido y tuvieron desde un inicio a dos sospechosos en la mirilla: dos jóvenes veinteañeros, rubios, que fueron vistos merodeando todo el día por el motel. Según los archivos del Tallahassee Democrat, los jóvenes se fueron del lugar en un Honda Accord blanco de los años 80 con chapa de Mississippi.
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A pesar de que contaban hasta con bocetos, y los repartieron nada sucedió. El caso parece estar congelado y los autores disfrutando de la libertad. Impunes.
“Si bien no tenemos actualizaciones para informar actualmente sobre el caso del Sr. Seaburg, este es un primer paso para buscar justicia por su asesinato y para otras familias afectadas por estos crímenes sin resolver”, dijo Angela Green, portavoz de la Oficina del Sheriff del Condado de León, Florida, a AP.
“Tenemos la esperanza de que haya alguien por ahí que tenga información sobre lo que sucedió ese día. Con el apoyo de la comunidad, esperamos que salga a la luz nueva información que nos ayude en la investigación”.
Angela recordó a los informantes anónimos que su llamada al 850-606-3300 debe ser anónima para que puedan ser elegibles para recompensas en efectivo de $500 a $5,000 dólares, si su información conduce a un arresto relacionado con el caso sin resolver.
uno de sus sobrinos dijo que ellos siguen con su vida, y tratan de dejar las emociones a un lado. Dijo que la hermana de la víctima murió en el 2009 sin conocer la justicia.
El sobrino señaló que tienen la esperanza de que ocurra una confesión casual o un descubrimiento a través del análisis de ADN.
“Ahora es solo esperar y esperar después de tantos años”, dijo.
“Todavía tengo esperanzas”, añadió.
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