La muerte reciente de una joven en la provincia de Holguín a manos de su ex pareja, revela que a pesar de que las muertes asociadas a los femenicidios en Cuba este 2024 fueron menores en número a las del año precedente, el problema aun persiste.
En diciembre de 2024, Elizabeth Ramírez Fernández había denunciado los abusos y amenazas sufridas, pero las autoridades cubanas, como siempre sucede en estos casos, no le prestaron atención. Hoy Elizabeth no se encuentra viva para contarlo, pero el régimen celebra que, las asesinadas bajo la mano machista en el 2024, fueron 30 menos que en el 2023.
Según los observatorios de género Alas Tensas y Yo Sí Te Creo en Cuba, el año pasado cerró con 55 feminicidios confirmados, una disminución significativa en comparación con los 87 casos de 2023. Sin embargo, detrás de esta cifra persiste un panorama alarmante de violencia y negligencia institucional que sigue cobrándose vidas y dejando huérfanos. En muchos casos, como el de Elizabeth, las denuncias previas de las víctimas no son atendidas por las autoridades, dejando a las mujeres desprotegidas frente a sus agresores.
El caso de Elizabeth Ramírez Fernández no es aislado. En 2024, numerosos feminicidios ocurrieron bajo circunstancias similares: denuncias ignoradas, ausencia de medidas preventivas y agresores que actuaron con total impunidad. Aunque las autoridades lanzaron en diciembre la campaña «No más» contra la violencia de género, las acciones propuestas son insuficientes y limitadas a algunas provincias. Además, la iniciativa no incluye medidas concretas para proteger a las mujeres en riesgo, como refugios o leyes integrales contra la violencia machista.
Organismos internacionales como el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) han instado al Gobierno cubano a implementar políticas urgentes para abordar el problema. Entre las recomendaciones destacan la creación de una ley integral de protección contra la violencia de género y el establecimiento de refugios para las víctimas. Sin embargo, estas peticiones han sido ignoradas sistemáticamente.
En 2024, los meses de octubre y noviembre registraron el mayor número de feminicidios, con ocho casos cada uno. La mayoría de las víctimas eran mujeres de entre 30 y 40 años, aunque también hubo adolescentes y adultas mayores. La violencia vicaria, como en el caso del asesinato de un niño de cinco años en 2023, también ha sido un componente de esta tragedia.
La disminución en los feminicidios de 2024, aunque aparente, esconde un subregistro significativo. Los observatorios independientes insisten en que las cifras oficiales no reflejan la verdadera magnitud del problema, ya que muchos casos no se documentan adecuadamente o se clasifican como homicidios comunes. Con una tasa de feminicidios que podría superar 1,7 por cada 100.000 mujeres, Cuba se sitúa entre los países con mayor índice de violencia machista en la región, solo por detrás de Honduras y República Dominicana.
Otro aspecto preocupante es el número de huérfanos que deja la violencia machista. En 2024, al menos 62 niños y niñas perdieron a sus madres por feminicidios, un incremento de 21 respecto al año anterior. Estas cifras subrayan el impacto a largo plazo de estos crímenes en las familias y comunidades afectadas.
Y sumemos uno más: la problemática de las mujeres desaparecidas que agrava la situación de violencia de género.
En 2024 se registraron varios casos de desapariciones que continúan sin resolverse, como el de Karildi Caridad Marín, quien desapareció en diciembre en La Habana, y Claudia Cárdenas, desaparecida en agosto en Ciego de Ávila. Las familias de estas mujeres han denunciado la falta de protocolos efectivos y respuestas rápidas por parte de las autoridades, mientras que los observatorios de género insisten en la necesidad de declarar un estado de emergencia por violencia de género. La inacción estatal en estos casos incrementa la desconfianza en las instituciones y perpetúa el ciclo de impunidad.
Aquí tienes los nombres de algunas de las personas actualmente reportadas como desaparecidas en Cuba:
Esperanza Cabrera Melvin (75 años)
Desapareció el 19 de diciembre de 2024 en Colón, Matanzas. Fue vista por última vez en una parada de ómnibus. Vestía suéter verde, pescador de mezclilla y pañuelo rojo en la cabeza.
Felicia Gómez Díaz (67 años)
Desapareció el 5 de diciembre de 2024 en Trinidad, Sancti Spíritus. Salió a buscar dos vacas y no regresó. Vestía abrigo verde, licra, botas de goma y gorra azul.
Claudia Cárdenas (27 años)
Desapareció el 7 de agosto de 2024 en Baraguá, Ciego de Ávila. Tiene discapacidad intelectual. Vestía blusa azul y saya estampada.
Mabel García Corrales (54 años)
Reportada desaparecida el 1 de julio de 2024 en Ciego de Ávila. Fue vista por última vez con un pulóver negro, short corto negro y descalza.
Lali Paola Moliner (3 años)
Desapareció el 26 de febrero de 2024 en Cojímar, La Habana. Su madre apareció muerta al día siguiente, pero las circunstancias no se han esclarecido.
Karildi Caridad Marín (24 años)
Aunque Karildi desapareció el 14 de diciembre de 2023, se considera un caso del 2024. Karildi desapareció en Párraga, La Habana. Salió a una fiesta en El Cerro y no regresó. Su familia está decepcionada con la falta de avances en la búsqueda.
Otras desaparecidas de años anteriores (alertas aún abiertas)
Maydeleisis Rosales (16 años)
Desapareció el 30 de mayo de 2021 en Centro Habana. Tres años después, no hay noticias de su paradero ni apoyo efectivo de las autoridades.
Jianis Sánchez Páez (Edad no especificada)
Desapareció el 14 de junio de 2019 en San Miguel del Padrón, La Habana. Dejó a dos hijas pequeñas que están al cuidado de su abuela materna enferma.
Beisy Moraima Pedroso Ramírez (21 años)
Desapareció el 30 de mayo de 2017 en Mantilla, Arroyo Naranjo, La Habana. Vestía ropa blanca y llevaba un bolso carmelita. Su familia agotó los recursos en su búsqueda sin éxito.
Damaris Ricardo Frómetas (54 años)
Desapareció en octubre de 2009 en Wajay, Boyeros, La Habana. Fue vista por última vez por los pastores de su iglesia. No hubo resultados de las investigaciones policiales.
En un país donde el gobierno minimiza o silencia las estadísticas de feminicidios, las plataformas Alas Tensas y Yo Sí Te Creo en Cuba desempeñan un papel crucial. Estas organizaciones no solo documentan los casos de violencia de género, sino que también denuncian la inacción gubernamental y abogan por cambios estructurales. Su trabajo ha llevado a organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) a incluir a Cuba en sus informes regionales de feminicidios, visibilizando una realidad que las autoridades han intentado ocultar.
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