Durante décadas Cuba ha sido reconocida mundialmente por su seguridad ciudadana. Los asesinatos, los robos, los asaltos que tenían lugar en otros países sobre todo de América Latina no tenían prácticamente lugar en la isla.
Pero si bien la inseguridad ciudadana en Cuba no se puede comparar con la de otras naciones, el clima social ha cambiado drásticamente y cada vez se escuchan más noticias de robos, asaltos y asesinatos. De continuar este panorama en ascenso el país se asemejará en poco tiempo a las imágenes que salen de otras partes del mundo.
La grave crisis económica que se vive en la isla ha potenciado lógicamente los delitos que han puesto en vilo a la ciudadanía.
Cada semana se reportan decenas de robos de celulares, vehículos, asaltos para arrebatar prendas y hechos de sangre, sin que la policía capture con la prontitud necesaria a los delincuentes por lo que ha recibido fuertes críticas de la población.
El gobierno no ha podido poner coto a la crisis económica ni ciudadana mientras muchas de sus fuerzas de seguridad se dedican con particular ahínco a hostigar y perseguir a los opositores. Todo eso mientras los delincuentes hacen de las suyas y se ensañan muchas veces con las personas más desprotegidas de la comunidad.
Años anteriores se podían recorrer las calles a altas horas de la noche, algo que ya no es muy recomendable. Cada municipio ha tenido históricamente sus propias características e índices delictivos pero ya incluso sitios como el Vedado o Playa ya reportan frecuentemente robos o asaltos que ponen en peligro la vida humana.
Las autoridades no publican en los medios de prensa cifras de delitos ni hacen referencia al difícil clima social y delictivo que vive el país. Todavía se refieren a la situación en la isla con las mismas palabras con que definían la calma ciudadana que se percibía antes en la mayoría de las provincias de Cuba.
No obstante, el ocultamiento y el silencio se derrumban cuando son muchas veces las propias víctimas las que publican sobre estos sucesos que lo mismo pueden suceder en la noche que a plena luz del día.
Cuba ya no es el país seguro que era hace años atrás aunque la situación no puede compararse con los continuos hechos de violencia que marcan la cotidianidad de otras regiones.
En cualquier caso si la crisis económica no ve la luz al final del túnel, se incrementa la pobreza y se siguen perdiendo valores humanos nadie sabe lo que podría pasar en un futuro que esperemos, por el bien de los cubanos, nunca llegue.
