Esta es la pregunta del millón. La que no se hacen los medios de propaganda estatal en la isla porque no se los permiten, aunque los periodistas y comunicadores que actúan como simples voceros del gobierno sufren las mismas carencias que el resto de los cubanos.
Un reciente artículo de Cuballama sobre el valor de la papa en La Habana generó un amplio debate entre sus lectores en Facebook y reveló, entre otras cosas, que la situación es distinta en otras provincias del país y mucho más crítica en la región oriental de la isla.
Varios internautas de Holguín refirieron que el precio del tubérculo alcanza hasta los 200 pesos cubanos en esa provincia, mientras otro afirmó que su hija de 14 años confunde la papa con el boniato. “No la reconoce” porque desde hace mucho tiempo no aparece en los mercados, según explicó.
La mayoría de los usuarios de la red social lamentaron que no sólo la papa está perdida y a precios inalcanzables: “Esas aún pasan por locas, el arroz si que tienen precio de locos $200 la libra y subiendo, esta situación ya está fuera de control, que triste nuestro país”, opinó uno.
“Es muy triste nuestra situación arroz a 200, papa 120, tomate 150, aceite 1200, hasta cuándo”, cuestionó otra lectora de Cuballama en Facebook.
Mientras el gobierno exige a los campesinos “producir más” sin aportar al campo los recursos que propicien un giro a la grave situación, el pueblo sufre las consecuencias de la equivocada política económica impulsada desde el Palacio de la Revolución.
“Las políticas económicas comunistas han empujado a Cuba a una espiral de muerte económica. Hoy, mido la inflación interanual en Cuba en 76%. Tasas de inflación tan altas como las de Cuba hacen que los gobiernos, incluidas las dictaduras comunistas, sean vulnerables”, publicó este lunes el economista estadounidense Steve Hanke en su cuenta de Twitter.
Esta tasa de inflación interanual es una de las más altas del mundo y, sin duda, es un factor que pone en riesgo la estabilidad económica y política del país, pero las autoridades de la isla no parecen tener un plan de contención ni explicaciones convincentes.
De acuerdo con varios economistas, el ejecutivo encabezado por el mandatario Miguel Diaz-Canel equivocó el orden de la llamada Tarea Ordenamiento, supeditando el despegue de la producción de alimentos y bienes de consumo a la fallida unificación monetaria y cambiaria, sin antes soltar las riendas a las iniciativas privadas que sacaran a la economía del estancamiento.
Como consecuencia, el aumento de salarios implementado como parte de la reforma fue tragado de inmediato por un desbocado proceso inflacionario que se mantiene vigoroso y amenazante dos años más tarde, mientras los nuevos salarios permanecen estáticos.
El poder adquisitivo de los ciudadanos se ha reducido significativamente, lo que ha generado un notable aumento de la pobreza extrema y la desigualdad social.
El gobierno prometió que “nadie quedaría desamparado”, sabiendo que ocurriría todo lo contrario: cada vez más cubanos de sectores profesionales, obreros y pensionados se ven obligados a renunciar a una o dos comidas al día debido a la inflación.
