El gobierno cubano organiza un desfile del 1ro. de mayo en una Cuba que no es la misma del 2019, cuando sucedió la última marcha masiva de este tipo, destinada a la “reafirmación revolucionaria”, antes de la irrupción de eventos tan catastróficos como la pandemia de la Covid-19 en la Isla y la Tarea Ordenamiento con su flagelo del MLC.
Esta convocatoria llega luego de las manifestaciones del 11J y los juicios sumarios derivados de estas que dictaron sentencias de décadas a muchos de sus participantes, algunos solo “culpables” de filmar las protestas.
Este desfile busca resucitar la imagen de un pueblo alegre y unido en la fidelidad al gobierno, y en busca de alternativas propagandísticas que otorguen un cariz festivo, casi ferial, al suceso, medios oficiales como el periódico Tribuna de La Habana, reproduce listas promovidas por Carlos Del Porto Blanco, trabajador del Ministerio de Educación, en su perfil de Facebook.
Del Porto Blanco ofrece una lista de “Diez razones para no dejar de ir al desfile el 1ro. de Mayo”, que apelan al encuentro emotivos con amigos que estuvieron alejados durante las épocas de mayor intensidad de la pandemia. Esta primera razón la cataloga como “Encuentro fraternal”.
La segunda razón propone el desfile como una actividad dominguera, de esparcimiento, que significará un “Cambio de actividad”, ideal para romper “la rutina y sales de tu esquema social”.
Los motivos políticos arriban en la tercera razón, luego de que las dos primeras “endulzaran” la perspectiva y capturaran la atención con esta vuelta de tuerca recreativa y emotiva del desfile: “Defensa de principios”, donde los asistentes podrán “demostrar que no tenemos miedo y que la unidad nos hace invencibles”. Aquí la creatividad decae y aflora el cliché propagandístico oficial. Aunque la cuarta razón recupera los aires festivos de la propuesta: Hacer ejercicios, pues el desfile devendrá una suerte de Marabana político donde los asistentes podrán “realizar marchas de mediano y largo alcance” propicias para la salud.
La quinta razón apela igualmente a lo recreativo, enfatizando en la cultura del selfie, recomendando que se podrán “tomar en directo las mejores fotos y diseños artísticos con excelentes personas”, engarzando en esta última parte con la razón número 1.
La sexta razón apela a las redes sociales, ofreciendo el desfile como una buena oportunidad para “compartir en todas tus plataformas digitales momentos únicos en tu vida”, y la séptima motivación juega con una suerte de relajación del “compromiso laboral”, pues este mandamiento decreta con cierto aire bíblico: “Compartirás un espacio diferente con tus amigos y compañeros de trabajo, sin reglas ni tiempo”. Que dure todo el día el desfile.
El octavo punto propone el involucramiento de toda la familia en el desfile, en la misma línea recreativa de la mayoría de las razones: “Vínculo familiar”, se titula, y recomienda “incorporar a toda tu familia a la gran fiesta de los trabajadores”.
La novena razón recurva hacia los predios propagandísticos de nuevo y enfatiza en el “valor histórico” del desfile, advirtiendo al potencial lector que no volverá a vivir momentos como este jamás, quizás sea la última vez en presencia de personas importantes en la obra de la Revolución”, lo cual añade una nota luctuosa al decálogo, y sin embargo evidencia lo evidente (valga la redundancia), dada las altas cotas etarias de la “generación histórica”, que sobrepasan los 90 años de edad.
El décimo punto apela al “orgullo propio” como base de la propaganda y llama alegremente a “demostrar a los que nos quieren destruir que hay Revolución y Socialismo para rato”.
La lista de razones cierra con un llamamiento que busca ser “cool y sexy” al citar un otrora popular tema de reggaetón de Jacob Forever, quien actualmente reside en Miami: “Nos vemos el 1ro de Mayo…QUE SE LLENE LA PLAZA HASTA QUE SE SEQUE EL MALECÓN”.
