En un reciente incidente en Tropea, Italia, una doctora cubana demostró la importancia de la colaboración médica internacional al diagnosticar correctamente una condición potencialmente mortal que había sido previamente subestimada. Según informó Il Vibonese el 10 de febrero de 2025, una mujer de 72 años de Parghelia presentó fiebre alta, temblores y dificultad para tragar. Su hija, Roberta Vallone, contactó al servicio de emergencias 118, pero el operador desestimó la necesidad de una ambulancia, sugiriendo que se trataba de una simple fiebre que podría ser tratada con una dosis de tachipirina (paracetamol).
Ante la persistencia de los síntomas y la preocupación por el estado de su madre, Vallone solicitó la intervención de los carabinieri de Tropea, quienes lograron que una ambulancia acudiera al domicilio.
Al llegar al hospital de Tropea, el personal inicial propuso administrar una infusión de tachipirina y dar de alta a la paciente. Sin embargo, con el cambio de turno a las 8 de la mañana, una doctora cubana asumió la atención y, tras realizar análisis más detallados, identificó que la paciente sufría de septicemia. Inmediatamente, inició un tratamiento con antibióticos y ordenó su hospitalización. Actualmente, la paciente permanece bajo cuidado médico, y aunque los valores de la septicemia siguen siendo elevados, está recibiendo la atención necesaria.
Este caso pone una vez más de relieve la presencia de médicos cubanos en Italia, especialmente en regiones como Calabria, que han enfrentado desafíos significativos en su sistema de salud.
Desde diciembre de 2022, más de 270 médicos cubanos han sido desplegados en 24 hospitales públicos de las cinco provincias de Calabria: Catanzaro, Vibo Valentia, Reggio Calabria, Cosenza y Crotone. En abril de 2024, la Administración Comunal de Rovito, en Cosenza, entregó una placa de reconocimiento a la Brigada Médica Cubana por su labor en la mejora de la atención médica al pueblo calabrés.
Sin embargo, la integración de los médicos cubanos no ha estado exenta de desafíos. Algunos representantes gremiales han expresado preocupaciones sobre la verificación de las calificaciones de estos profesionales y su adaptación a las tecnologías médicas modernas utilizadas en Italia. Por si fuera poco, la salida de estos profesionales de Cuba, ha puesto severamente en detrimento, la atención de los cubanos en los paupérrimos hospitales de la isla.
A pesar de estas inquietudes, muchos pacientes y colegas italianos han valorado positivamente la dedicación y el compromiso de los médicos cubanos, y el caso de Tropea no es el único donde la actitud de un médico cubano ha sido decisiva.
En enero de 2025, un médico cubano en Reggio Calabria identificó rápidamente los síntomas de un infarto en un paciente de 60 años, administrando el tratamiento necesario y coordinando su traslado a una unidad de cuidados intensivos, lo que resultó vital para la recuperación del paciente.
En otro caso, en diciembre de 2024, una doctora cubana en Cosenza atendió a una mujer embarazada con complicaciones severas, realizando una intervención de emergencia que salvó la vida de la madre y el bebé.
tal vez quieras leer: Médicos cubanos salvan la vida de otro niño italiano, en la región de Calabria