El presidente de la región de Calabria, Roberto Occhiuto, ha presentado su dimisión tras haber sido señalado como impulsor del programa que permitió el envío de 372 médicos cubanos a hospitales locales desde la isla. La decisión llega en medio de un escándalo que destapó la periodista cubana Annarella Grimal, quien reveló en un texto publicado en Cubanet Noticias, que los galenos no cobraban el 100 % de su remuneración como él había defendido durante más de dos años.
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Occhiuto había insistido desde el inicio que los médicos cubanos contratados a través de un acuerdo con la empresa estatal cubana CSMC recibían íntegramente el salario prometido por las autoridades italianas.
A pesar de esto, investigaciones independientes —principalmente las de Grimal publicadas por CubaNet— demostraron que existía un doble contrato: uno con las autoridades italianas por unos 4.700 € brutos al mes, y otro con la CSMC que reducía drásticamente el ingreso real de los profesionales, según la denuncia original hecha por Grimal en Cubanet.
Según Grimal, aunque Italia depositaba el sueldo completo en cuentas italianas a nombre de los médicos, la CSMC les obligaba a remitir entre un 54 % y un 80 % de ese ingreso —en algunos casos, solo quedaban con unos 1.200 € netos mensuales— mediante transferencias compulsivas justificadas como “impuestos fantasma” o deducciones administrativas arbitrarias.
Grimal reveló que estas deducciones afectan también las horas extras (hasta el 71,5 %) y la bonificación anual del “mes 13” (solo retienen el 19 % en diciembre de 2024), así como un régimen estricto de vigilancia sobre los médicos, que deben pedir permiso para salir de la provincia o casarse, y tienen prohibida la afiliación sindical en Italia.
Frente al creciente rechazo público y presiones de figuras políticas italianas como Domenico “Mimmo” Tallini, quien exigió transparencia administrativa y una auditoría urgente, Occhiuto no solo asumió una investigación judicial por presunta corrupción, sino que finalmente anunció su dimisión – digamos que por “vergüenza” -, aunque también su intención de volver como candidato en las próximas elecciones regionales.
Así fue que, entonces, recurrió a sus redes sociales para anunciar su dimisión y para defenderse de todo lo que se le ha venido encima, argumentando que, bajo su gobernatura se han hecho cosas en la Calabria, cosas que jamás, nadie, hizo por ella.
La renuncia de Occhiuto pone fin, al menos públicamente, a sus argumentos de que los médicos eran tratados “como italianos, completamente libres e integrados en las comunidades locales”. En contraste, el reportaje liderado por Annarella Grimal, quien ya fue finalista del Premio Rey de España por un trabajo similar con las llamadas «misiones solidarias médicas en Angola», documentó una realidad diametralmente opuesta: estructuralmente opresiva y explotadora, con médicos sujetos a control extraterritorial por parte de la CSMC, y sometidos a un sistema de esclavitud moderna que vulnera normas de la Unión Europea y la OIT.
Annarella Grimal, reconocida por su trabajo independiente desde CubaNet, y antes desde Cibercuba Noticias, ha generado un punto de inflexión informativo: sus hallazgos pusieron al descubierto el doble contrato y desmintieron la narrativa oficial sostenida por el gobierno de Calabria durante más de dos años.
La presión continúa. Organizaciones civiles, sindicatos y sectores del Parlamento italiano exigen ahora la suspensión del convenio y la protección efectiva de los derechos laborales para estos médicos. El caso ha elevado un debate no solo regional sino internacional acerca de si la cooperación médica bajo The Havana’s export model encubre explotación laboral y trata de personas.





