En los últimos años, Cuba y Turquía firmaron varios acuerdos y memorandos para impulsar sus relaciones económicas y diplomáticas.
El mandatario cubano Miguel Mario Díaz-Canel parece haber salido de Cuba con el pie derecho y con un egbó hecho, en su viaje a tierras asiáticas. Ahora, luego de 24 horas de estancia en Turquía ha anunciado que ese país aumentará su comercio con Cuba a 200 millones de dólares.
Sin dudas ha sido un aumento importante. Según datos conocidos,la relación bilateral comercial entre ambos países, enfocada principalmente en la agricultura, la construcción, la infraestructura, la energía, la salud y el turismo, era, en el año 2019, última fecha que se tiene como referencia, de 50 millones de dólares.
Es decir: Díaz-Canel ha logrado vender su país en crisis, pero geográficamente bien ubicado – a tan solo 90 millas del territorio más sureño de los EE.UU. – al gobierno turco. No solo ha logrado que dupliquen la ayuda. No. Tampoco ha logrado que la tripliquen. Ha logrado que la cuadrupliquen; algo que no suele ocurrir muy a menudo, especialmente cuando «el solicitante» es un país en crisis sin nada que ofrecer.
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Anteriormente Cuba tenía un gran capital humano, pero ya ni eso. Sus mejores talentos en las ramas de la enseñanza, la medicina, y la ingeniería se han marchado del país. El grueso de su población laboralmente activa se ha marchado o tiene claras intenciones de marcharse.
Tres de sus principales ramas en la aportación de divisas al Producto Interno Bruto han quedado severamente golpeadas por la crisis de la COVID-19; el éxodo masivo o el huracán Ian.
Así y todo, ha logrado que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, decidiera reforzar la cooperación en campos como la energía, turismo, construcción, agricultura, salud y medio ambiente.
El anuncio fue hecho este miércoles, durante la visita del gobernante Miguel Díaz-Canel a Turquía.
«En nuestras reuniones nos complació comprobar la firme y mutua voluntad de reforzar nuestra cooperación. Con mi querido amigo, confirmamos nuestra determinación de aumentar nuestro volumen comercial hasta los 200 millones de dólares», dijo Erdogan en su cuenta de Twitter.
Y agregó:
«En un momento en que la seguridad alimentaria está en la agenda mundial, continuaremos el apoyo técnico que la TIKA [Agencia de Coordinación y Cooperación de Turquía] presta a los proyectos de desarrollo agrícola en Cuba».
Erdogan dijo que ambos países poseen infraestructuras sanitarias «fuertes», y señaló:
«Estamos muy satisfechos de haber realizado un proyecto conjunto con Cuba en este contexto (…) Deseo que las decisiones que hemos tomado hoy y los acuerdos firmados sean beneficiosos», precisó.
Díaz-Canel, henchido de júbilo, agradeció al gobierno y pueblo turcos el apoyo a Cuba, y calificó «el diálogo de muy fructífero y alentador».
El camino hasta lograr tal acuerdo se gesta desde hace ya más de medio siglo.
En el año 1952, Cuba y Turquí establecieron relaciones diplomáticas. En 1979, Turquía abrió su primera Embajada en el Caribe, en La Habana. En 1996, el entonces líder cubano Fidel Castro visitó Turquía para una conferencia de las Naciones Unidas. Erdogan visitó La Habana, en la primera visita presidencial de Türkiye a Cuba, en el año 2015. Turkish Airlines, aerolínea oficial de Turquía, inició los vuelos directos a Cuba en 2016. El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, visitó Turquía en junio de 2017, que fue la primera visita ministerial de Cuba a Turquía. Dos años después, el canciller turco Mevlut Cavusoglu realizó una visita oficial a Cuba en mayo de 2019. Ahora, por primera vez en 27 años, el presidente de Cuba se embarca en un viaje a Ankara, marcando otro hito en los lazos entre los dos países.
Escobita «nueva», barre bien.
Todavía a Díaz-Canel le falta por visitar China, pero desde ya, y aún cuando de su visita a Rusia, el gobernante cubano no aportó datos concretos, se puede considerar que ha sido esta gira asiática muy provechosa.
En Argelia, el régimen cubano logró que le cancelaran los intereses pendientes de su deuda, así como una moratoria del pago hasta nuevo aviso. De allí también se llevó, en su maletín diplomático, una central eléctrica solar y la reanudación del abastecimiento de hidrocarburos.
Y sí, todavía falta ver qué provechos saca Díaz-Canel de China. Tocando corneta, y con una sonrisa de oreja a oreja marchará a Beijing, allí le espera Xi Jinping. Díaz-Canel volverá a insistir en su posición geográfica frente al «enemigo malvado», y cualquier cosa sustanciosa pudiera llevarse de vuelta a La Habana.
