El régimen no pretende que la luz del activismo opositor, ilumine los hogares cubanos, y procede continuamente a estas detenciones y «entrevistas» con los opositores
La jornada de ayer miércoles 18 de septiembre en Cuba se vivió – al menos desde las redes sociales – entre apagones y detenciones arbitrarias del régimen.
Mientras el país continuaba sumido en una grave crisis energética que afectó a varias provincias con cortes prolongados de electricidad, también se denunciaron citaciones e interrogatorios dirigidos a activistas y opositores. Este contexto evidencia un ambiente de tensión creciente, en el que el malestar ciudadano se hace cada vez más notorio.
Desde temprano en la mañana, el activista Jorge Fernández Era, colaborador de La Joven Cuba, compartió en sus redes sociales que había sido citado para presentarse en Villa Marista, uno de los centros de detención de la Seguridad del Estado en La Habana, a las 8:00 a.m.
Fernández Era, al conocer la citación, comentó de manera irónica que la anfitriona del interrogatorio sería la teniente coronel Kenia, conocida por manejar estos procesos.
El escritor y humorista incluso divulgó que fue llamado para que asistiera a la misma hora pero a otro lugar del régimen, a lo que comunicó que no asistiría, pues tenía «una reservación más lujosa» (en Villa Marista), tras lo cual sugirió a los represores que se pusieran de acuerdo.
Fernández Era llegó luego de 8 horas a casa, y prometió actualizar sobre lo sucedido en el interrogatorio.
Por su parte, Raymar Aguado Fernández, otro activista citado, denunció en Facebook que debía comparecer ante el mayor Julio en la estación de Zanja a las 3:00 p.m. Aguado señaló su rechazo a este tipo de citaciones, aunque aclaró que asistiría por insistencia de su familia.
El joven asistió, pero al notar la impuntualidad de quien se «entrevistaría con él», sencillamente se marchó del lugar, como explicó posteriormente en su perfil de Facebook.
Las detenciones y citaciones, que tuvieron lugar el 18 de septiembre, no fueron casuales. Este día es especialmente significativo para varios activistas, como la historiadora y politóloga Alina Bárbara López Hernández, quien ha venido realizando protestas pacíficas el día 18 de cada mes en Matanzas, como un gesto de resistencia ante la represión estatal. La acción de López Hernández se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en Cuba, y en esta ocasión no fue diferente.
A pesar de eso, hubo quien, como Miryorly García, pudo salir de su casa y ofrecer sus reverencias al Apóstol.
Las citaciones y detenciones que vivieron los activistas el 18 de septiembre forman parte de una estrategia del régimen cubano para neutralizar cualquier forma de protesta o disidencia. La policía política impuso un cerco en la casa de la profesora Jenny Pantoja, quien también ha sido víctima de hostigamiento por parte de las autoridades. Pantoja fue detenida al intentar salir de su hogar para sumarse a las protestas, siendo conducida a Villa Marista, donde se le instruyeron cargos, según informó su esposo.
Alina Bárbara López, por su parte, logró realizar su manifestación en el Parque de la Libertad en Matanzas, donde estuvo durante una hora con un cartel en blanco que simbolizaba la represión a la libertad de expresión. La politóloga señaló la paradoja que vivió durante su protesta: mientras la estatua de la mujer rompiendo cadenas brillaba bajo el sol, cientos de cubanos seguían privados de libertad por sus ideas políticas.
A pesar de las amenazas y citaciones, varios activistas como Fernández Era, Pantoja y Aguado Fernández regresaron a sus casas, compartiendo en redes sociales su alivio de haber vuelto sin mayores consecuencias, pero conscientes de que el ciclo de represión continúa.
Esta situación, que se repite mes tras mes, ha generado un clima de incertidumbre y temor entre los activistas y sus familias, que ven cómo el régimen intensifica su control sobre cualquier intento de manifestación pacífica.
Crisis energética y apagones
Mientras ocurrían estos actos de represión, la crisis energética en Cuba seguía agravándose. Según informes recopilados por la prensa independiente y los ciudadanos a través de redes sociales, el país experimentó más de 400 apagones a nivel nacional. Provincias como Camagüey, Cienfuegos y Pinar del Río sufrieron interrupciones eléctricas que en algunos casos superaron las 14 horas.
En Camagüey, una de las provincias más afectadas, se registraron hasta 68 apagones, destacando los municipios de Guáimaro y Jimaguayú, donde las interrupciones duraron hasta 9 y 14 horas respectivamente.
El periodista independiente José Luis Tan Estrada reportó 15.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, se pronunció ese mismo día sobre la crisis energética, alegando que el combustible que podría aliviar la situación estaba en los puertos cubanos pero aún no había sido descargado.
Según el ministro, el país está realizando «sacrificios financieros» para pagar semanalmente por el combustible, pero el alivio a los apagones tomará tiempo. A pesar de sus declaraciones, la falta de transparencia en la gestión de la crisis energética solo ha alimentado la frustración de los cubanos, que continúan soportando largas horas sin electricidad y sin expectativas claras de solución.
te recomendamos leer: Aumentan feminicidios en Cuba: Ex pareja asesina a mujer de 30 años en Camagüey
