Dos historias que retratan el estado de cosas en la Cuba de 2025 coincidieron este fin de semana: mientras la Aduana en el aeropuerto José Martí frustró la salida de un cargamento de miles de tabacos falsos, en la provincia de Granma la policía aseguró a los responsables de sustraer vigas y paneles de un parque fotovoltaico.
La primera, ocurrida el domingo 14 de septiembre, terminó con la ocupación de más de 4,500 puros apócrifos embalados como si fuesen de marcas reconocidas y distribuidos en el equipaje de dos pasajeros; el caso quedó bajo investigación policial, según informó el vicejefe primero de la Aduana, Wiliam Pérez, en su cuenta de X.
La cifra no es menor ni el fenómeno aislado. Menos de un mes atrás, agentes del mismo aeropuerto detectaron otro intento de salida de 4,400 unidades sin declarar, y medios oficiales incluso han llegado a reportar partidas de “más de 45,000 tabacos sueltos” en episodios recientes, muestra de la dimensión y la confusión que genera el mercado paralelo del “habano” falso cuando se cruza con los controles estatales.
En paralelo, desde Niquero (Granma) llegaron noticias de un golpe a instalaciones estratégicas: más de 50 vigas metálicas y varios paneles del Parque Fotovoltaico Juan Pérez II fueron robados y, posteriormente, recuperados tras la detención de los implicados, según señaló la página oficialista de Facebook vinculada al MININT, Entérate con Aitana.

Las autoridades señalaron que los materiales estaban almacenados, no en operación, pero su valor económico y la interrupción logística resultan evidentes para un sistema eléctrico sometido a apagones crónicos.
El episodio no es una rareza en el mapa delictivo de la energía solar en la isla. En junio se informaron arrestos por el hurto de vigas en un parque aún en construcción en Colón, Matanzas; y a finales de 2024 se documentaron sustracciones de paneles que alimentaban estaciones de bombeo de agua en comunidades rurales de Las Tunas, con afectaciones directas al servicio. Reportes posteriores cifran en decenas los hechos en esa provincia durante los primeros meses de 2025.
Frente a esta cadena, el discurso oficial ha deslizado que tales conductas podrían encuadrarse como sabotaje cuando impactan la infraestructura electroenergética, figura penal que elevaría los castigos. El mensaje busca disuadir, pero también expone grietas de seguridad y custodia en obras que el propio gobierno presenta como clave para ampliar la generación renovable. En Granma, por ejemplo, el empuje solar es bandera de gestión: el PSF Camilo Cienfuegos, inaugurado este mes, se cita como emblema del ahorro de combustible y reducción de emisiones. La ironía es que los parques avanzan mientras, a pocos kilómetros, otros pelean por conservar sus tornillos intactos.





