Dentro de las constantes luchas diarias del cubano de a pie, el desabastecimiento se ha convertido en una dolorosa constante.
En este contexto de carestía y escasez, Cubanet ha documentado el desgarrador testimonio de un hombre que expresó su frustración en medio de una cola para adquirir pan, frente a la panadería estatal ubicada en Carlos III, al lado del Hospital Emergencias.
Sus palabras resonaron con angustia y sinceridad: «Estoy hablando la verdad. Estoy hablando por el interés de ustedes y de nosotros. Es así, tienen que hablar, no estar: Oye no hay pan».
El hombre describió la ardua odisea que muchas personas enfrentan diariamente, esperando durante horas desde la tarde hasta la noche, solo para obtener un trozo de pan. Su voz refleja la desesperación y la lucha constante por satisfacer una necesidad básica: alimentarse. Y lo más desgarrador es que, a pesar de esos sacrificios, a menudo no pueden disfrutar de ese alimento debido a la persistente escasez.
El testimonio del hombre también cuestiona la eficacia y la responsabilidad de los líderes del país. Hace una llamada directa al preguntar: «¿Ustedes están de acuerdo con el presidente, con el mandatario cubano, que puso el comandante Fidel? ¿Y dónde están los mandatarios de Cuba? ¿Dónde están los inspectores de Cuba?».
El hombre expone las desigualdades y contradicciones en la distribución de recursos, enfatizando cómo algunos individuos pueden acceder a alimentos y recursos esenciales, mientras que otros, como él y muchos en su situación, luchan por satisfacer sus necesidades más básicas.
“El mandatario se lleva 3 naylons de arroz, se lleva el dinero, eso no lo ve un inspector. Traen mil millones de carros de policía. Que la verdad se la digo a cualquiera”, seguía insistiendo el hombre.
En última instancia, el testimonio del hombre refleja una realidad dolorosa y compleja. “Mira a este pueblo muerto de hambre. 3, 4 horas una panadería. Para comerse un sarnoso pan viejo de esos. Malísimo. Se la están aplicando al pueblo”.
