Los gobiernos de Estados Unidos y Cuba acordaron retomar los vuelos de deportación de inmigrantes cubanos antes del 11 de mayo próximo, según declaró el vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío.
En una entrevista con The Associated Press, el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano (Minrex) calificó como “una reunión fructífera” la más reciente ronda de conversaciones sobre temas migratorios entre las autoridades de La Habana y Washington, celebrada esta semana en la capital de EE.UU.
Desde noviembre pasado ambas países planearon cinco vuelos de deportación, pero cancelaron todos por distintas razones operativas, según explicó Fernández de Cossío a la agencia de noticias estadounidense.
«Tenemos una comprensión común, las dos partes, Estados Unidos y Cuba, sobre la naturaleza del problema», dijo el representante del gobierno cubano, aunque reconoció que no llegaron a un acuerdo sobre la frecuencia de los vuelos.
Al respecto, el vicetitular del Minrex explicó que la cantidad de viajes dependerá de la capacidad de ambos países y añadió que “no hay motivos para no regresar a los niveles de prepandemia de dos vuelos por mes”.
«Veremos si podemos conseguir uno en las próximas semanas y regularizarlo para que la gente pueda ser expulsada fácilmente, no a México, sino directamente a Cuba», fijo el viceministro de Exteriores cubano.
El último vuelo de deportación desde Estados Unidos a Cuba fue en diciembre de 2020 y desde entonces la isla se ha negado a aceptar operaciones de ese tipo, pese a los convenios bilaterales en materia migratoria.
En ese año el gobierno de Estados Unidos reveló que habían más de 40 mil cubanos con orden de deportación, por lo que esa cifra podría haber aumentado hasta la fecha.
Luego del mayor éxodo masivo cubanos de la historia según registros oficiales de Estados Unidos en el pasado año fiscal, las cifras de migrantes irregulares procedentes de la isla cayeron en enero último, tras la implementación del programa de parole humanitario que estableció una vía legal para ingresar al país norteamericano.
Fernández de Cossío reconoció destacó que la iniciativa logró reducir el número de cubanos que cruzan ilegalmente la frontera desde México, pero advirtió que no era una solución a largo plazo.
«Sería irresponsable o ingenuo de nuestra parte pensar que esto será sostenible en el largo plazo porque siempre habrá un límite a la cantidad de visas», opinó.
