Tras la llegada de los legionarios a la selección de Cuba de fútbol, se vislumbra una luz de esperanza.
Luego de años donde, si acaso alguna vez cayó un gol, y a duras penas se arañó una victoria mientras se recibían goleadas tras goleadas, la Selección Nacional de Fútbol de Cuba se reencontró con ambas cosas. La incorporación al plantel de jugadores formados en otras latitudes, o de aquellos que emigraron por las vías «formales», parece estar dando sus frutos.
Cuba goleó a Belize, 3 por cero, y aunque mostró fallas inherentes a la aún escasa preparación, el hecho de que el goleador del fútbol de Costa Rica, el cubano Marcel Hernández haya anotado dos goles, da esperanzas a una nación que ha descendido tanto en el ranking FIFA que ni en mundial C o D todavía es seguro que clasifique más allá de la primera ronda.
Superadas las barreras políticas, esas que han estado, siempre, marcando el ritmo del deporte en Cuba, la selección de fútbol de Cuba recibe una bocanada de aliento con los goles de Marcel. Habrá que ver, en futuros compromisos cómo hacemos, pero por ahora hay que saborear el triunfo, que lo vale. Aparte de los dos goles del goleador Marcel, el otro vino de los botines del centro campista Karel Espino.
No por demeritar al rival, pero hay que reconocer que Belize no es para nada un rival de consideración en el área. Y ante las carencias del rival, el DT cubano Pablo Elier Sánchez mostró un equipo agresivo, con Maykel Reyes, Javier Paradela y William Pozo en la punta, además del ya mencionado Marcel Hernández.
El Partido (Resumen)
El DT introdujo cambios en la alineación con relación al partido ante Guatemala. Sustituyó al «italiano» Davide Incerti por Pozo y a Asmel Nuñez por Yunior Pérez.
Este último fue, tal vez, la pieza más importante dentro del cambio previsto. Molestó e hizo daños en la zaga beliceña, con peligrosas asociaciones con Maykel y Dayron Reyes, otras de las estellas del equipo, quien se comportó nuevamente a la altura de lo que él se esperaba.
El equipo insistió en llegar al área rival a ras de pasto, y hasta en esto colaboró el guardameta Sandy Sánchez.
Y si bien no hubo contundencia, y en ocasiones parecía perderse la concentración y el orden, cayeron los 3 goles, que es lo que importaba, y con ellos el triunfo.
Habrá que ir pensando en «más juegos» y en tener de vuelta a Onel Hernández con vistas a futuros compromisos.
Lo más importante de este equipo Cuba de fútbol es que parece – ¡por fin! – haberse desterrado la idea de que su base, el 100 por ciento de su base, tenga que salir forzosamente del deprimente Campeonato Nacional. Que se sumen a la selección de mayores jugadores formados fútbolísticamente fuera de Cuba, puede por ahora hacernos recuperar un poco el orgullo perdido en el área y que el respeto ante la tricolor que en los años 1970 y 1980 cedía apenas por la mínima ante México y EE.UU. vuelva a darnos la posibilidad de asitir a un mundial.
Allí, en un Mundial, estuvo Honduras. E incluso, Jamaica.
