Cuba produce nasobucos a los dos años de la pandemia y tienen “poca demanda”

Havana
algo de nubes
17.2 ° C
17.2 °
17.2 °
94 %
1kmh
20 %
Jue
28 °
Vie
28 °
Sáb
30 °
Dom
30 °
Lun
30 °

Ante la expansión acelerada de la pandemia de la Covid-19 en Cuba y el mundo a inicios de 2020, las autoridades de la isla anunciado entonces que la Empresa de Confecciones Textiles Unymoda, perteneciente al grupo empresarial Gardis, en Matanzas, produciría mascarillas faciales o nasobucos desechables tan importantes en la prevención del contagio por el SARS Co-V 2 o nuevo coronavirus.

Dos años después, más de un millón de contagios y 8 521 muertes de cubanos después, cuando las cifras disminuyen a escala planetaria, el oficialista periódico Granma anuncia que la fábrica está produciendo a plena potencia, pero existe “baja demanda”.

Según el artículo “¿Insuficiente demanda de nasobucos?”, la fábrica demoró su puesta en función por “trámites demorados y otros contratiempos”, sin precisar cuáles fueron, y se vino concretar durante la segunda mitad de 2021. “La puesta en marcha de la fábrica, sin embargo, demoró más de lo deseado y la comercialización del primer lote producido no fluyó a la velocidad que exigían las circunstancias”, reconoce el texto.

El “anuncio anticipado, sin los equipos por llegar al país, puso una presión adicional a los involucrados, a quienes les empezaron a contar los días a partir de entonces”, explica Granma.

Pero acorde una investigación realizada en octubre de 2021 por los periodistas Lisandra Pérez Coto, Arnaldo Mirabal Hernández y Guillermo Carmona Rodríguez, de la también oficial TV Yumurí, de Matanzas, en esos momentos se acumulaban “más de 250 000 mascarillas” en los almacenes de la fábrica, según datos aportados por su propa administradora, Liudmila Pérez Montero.

Los profesionales de TV Yumurí alertaron entonces que aunque entre “junio, julio y agosto Matanzas sufrió el cuarto rebrote de la Covid-19” y “las cifras de contagiados por jornada superaban los mil” la fábrica ya se hallaba en funcionamiento pero “ni un solo cubrebocas se empleó para contribuir a la protección de los médicos o de la población”. Incluso, cuando a solo 500 metros de la entidad se halla “uno de los centros de aislamiento más importantes del territorio, el de la Universidad de Matanzas”. Y refieren cuánto afirmó entonces Maribel Rodríguez Argüelles, directora de la Empresa Unymoda, que “la prioridad para su institución consistía en colaborar con el sector de la Salud.”

La misma funcionaria se lamentó ahora ante Granma por la poca demanda que tienen sus producciones, cuyo precio por unidad “oscila entre los diez y 12 centavos en divisa, con destino fundamentalmente al turismo, a otros organismos y a la venta online”, aunque cuentan con veinte clientes y contemplan “la distribución a la población en moneda nacional”. Pero el las entidades de Salud Pública, que deberían ser su primer cliente, “no ha adquirido una sola unidad”, algo aclarado por funcionarios de este sector que declararon recibir las mascarillas a través de la Empresa de Suministros Médicos (Emsume).

La investigación de TV Yumurí sobre la producción de nasobucos reveló que “trabas burocráticas” y la implantación de la Tarea Ordenamiento con su impacto en las lógicas monetarias cubanas, se alzaron como grandes obstáculos para el éxito de la empresa, así como “las planificaciones previas no fueron objetivas y las variables analizadas para la puesta en marcha de los equipos más que mascarillas, producen desconcierto a cada paso”.

“La primicia que representaba contar con la primera fábrica de este tipo en el país se ha diluido en el tiempo”, denunció TV Yumurí ya en octubre pasado, apuntando que una vez en marcha la producción “los desperfectos se han sucedido una y otra vez. Pudiera alegarse que la falta de capacitación es la causa de continuas paradas, impidiendo que las líneas de producción alcancen la capacidad máxima de 120 mascarillas por minuto”.

Pero sobre todo señala las “limitaciones y deficiencias e la comercialización de este producto” como “uno de sus puntos más débiles”, que frustraron iniciales posibilidades de exportación a países latinoamericanos interesados en adquirir hasta 4 millones de unidades. En las entrevistas realizadas, el equipo de prensa matancero “conoció de las fallidas gestiones de la dirección de Unymoda y el Grupo Gardis, para cumplir con el objeto social de la fábrica de llevar el imprescindible accesorio a sectores prioritarios como la Salud y el Turismo, con quienes aún no existen contratos.”  

Seis meses después, la  fábrica matancera de nasobucos parece experimentar y justificar las consecuencias de sus propias incompetencias y torpezas ya señaladas medio año atrás por el canal TV Yumurí. 

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.89 x LBENVÍA AQUÍ
+