El Ministerio de Salud y algunos de sus directivos ignoran que pese a las amenazas, hay médicos como Manuel Guerra que ya no callan
Pese a las constantes amenazas contra los médicos cubanos que revelan la realidad en los hospitales de la isla, Manuel Guerra es uno de los que no logran callar.
En su perfil de Facebook el galeno Manuel Guerra -quien trabaja en el Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin, de Holguín- reflexionaba acerca de cómo intentan intimidarlo:
«Quiero dejar claro a quien le encomendó la tarea al jefe de Recursos Humanos de Salud Pública Provincial de Holguín, el pasado 23 de agosto de ‘separarme del sector de salud’, que no pienso abandonar mi labor, al menos no por las buenas como ya intentaron (van a tener que expulsarme y obviamente los voy a denunciar)».
Guerra sabe que las amenazas contra los médicos continúan, pero sigue hablando muy claro: «Mi país sigue sufriendo bajas en la ardua batalla contra el SARS-CoV-2 y no parece tener fin el sufrimiento de nuestros coterráneos al ver partir a sus más allegados familiares. En medio de esta convulsa situación, encuentro en los medios oficialistas la noticia de que la vacuna china Sinopharm, con un 79% de eficacia ante las infecciones por el virus, será tratamiento alternativo en la población de nuestra hermana provincia de Cienfuegos. Dicha noticia no deja de preocuparme pues, ¿dónde está el 92.28% de Abdala? Es una simple pregunta pero considero amerita una respuesta y con carácter URGENTE. Recuerden que hay un decreto ley que sanciona a las personas que hagan eco de noticias falsas…»
Una internauta deja un comentario en el post sobre todas las inquietudes que hay con los candidatos vacunales -de los que tanto ha alardeado el régimen- y la inoculación ahora con la vacuna china Sinopharm: «Este accionar pone muy en evidencia la efectividad real de las vacunas cubanas, a las que tanta promoción han hecho. Y tú siempre tan asertivo en tus publicaciones amigo mío; es preocupante, alarmante el hecho que estén utilizando a los cubanos como cobayas, es triste que en una situación tan extrema donde el pueblo está muriendo lo expongan a más riesgos solo por una cuestión de orgullo político».
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