Cuba: ¿Apagar el celular o mostrar la realidad?

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Filmar con el teléfono celular una escena X en Cuba, puede convertirse en un problema y hasta la policía «recomienda» a quienes filman que apaguen el télefono porque, mostrar la realidad puede tener sus consecuencias.

Aclaro, antes que salten los piratas, que en determinados momentos eso mismo ha sucedido en otros lares, y hasta quien les escribe fue víctima de una exhortación similar por parte de un policía en Miami Beach porque, es una verdad demoledora, no todos los policías de este planeta tienen bien claro en sus mentes cuáles son todas las leyes.

Eso sí, a no dudarlo, la quinta policía del mundo, la de Cuba, tiene a los peores, desinformados, mal educados e ignorantes policías en un ranking que catalogase a los peores. Y quien les escribe, ciudadano español, pasaporte español en la mano, fue víctima también en el 2011 de una pregunta por parte de un policia italiano que me preguntó «¿Dónde está tu VISA?».

Así que, grabar con tu celular en la calle es algo normal en cualquier lugar del mundo pero en Cuba, al parecer no. ¿O es en dependencia de lo que grabes?

Ayer, en La Habana, un joven en el Boulevard de San Rafael se subió a un muro y conminó a todo el que lo escuchaba a participar en la vida política del país. Cuando la policía llegó, mientras le pedían que bajase y los acompañara, fue a donde estaban algunos cubanos que filmaban con su celular la escena y los «exhortó» a que apagasen el celular (o que al menos detuviesen la filmación y frenasen su espíritu paparazzi)

El portal Cubanet Noticias recogía ayer, por el contrario, declaraciones de Saily Gónzalez, emprendedora e influencer cubana, donde esta exhortaba, muy a contrapelo de las autoridades cubanas y sus intereses, a que los escasos turistas que viajen a la isla, graben la realidad cubana y la expongan tal cual en las redes.

Por estos días, dos turistas españolas visitaron la isla y expusieron en sus redes sociales sus impresiones.

Una de ellas, Laura Méndez, grabó una cola del pan en Trinidad, Sancti Spíritus, en plena calle y mientras lo hacía fue recriminada por una anciana muy exhaltada, quien le dijo sin recato ninguno «¿A qué tú vienes aquí? ¿A comer mierda?»

Este hecho, que una turista extranjera filme en las calles de Cuba un pedazo de la realidad cubana que no suelen divulgar los medios, devino en materia de «análisis» entre no pocas personas. Unos están en contra de que «alguien de afuera» venga a mostrar las carencias de los cubanos. Otros insisten en que es su derecho. Algunos alegan a que la ley no lo prohíbe. «Alguien» sugiere que el asunto reside en el modo en que se hace.

Cubanos opinan en las redes sobre el hecho de que «otros» filmen la realidad cubana

Mientras que otros hasta elaboran un manual y todo.

Tal parece ser el caso de la periodista cubana, actualmente residente en España, Glenda Boza Ibarra.

La joven tunera, cuyas simpatías hacia el proceso revolucionario, al menos hasta hace muy poco tiempo, eran notorias y claras, defendió a la anciana cubana que fue donde estaba la turista española que filmaba la cola del pan, diciéndole «¿A qué tú vienes aquí? ¿A comer mierda?»

Glenda, desde España, alega que esa anciana «puede ser tu madre o tu abuela» y que estaría «en todo su derecho» porque «creyó en un proyecto».

Está más que claro que el sentir de Boza Ibarra está muy relacionado con el de cientos de miles de cubanos como ella y su esposo. Boza habla de su madre, que bien pudo ser esa anciana, y de cientos de cubanos más, que en una situación similar actuarían de igual manera.

Valoraciones de la periodista cubana Glenda Boza Ibarra sobre lo sucedido con relación a una anciana cubana vista en una cola del pan alabando a la Revolución.

En este punto, en lo único que algunos pudieran coincidir con Glenda es en el derecho que tiene cada cual a creer en lo que le de la gana y defenderlo; y también en que el llamado «linchamiento en las redes» – teoría tan manoseada como no definida con claridad – no lleva a nada bueno si los ataques pasan por ofensas, descrédito, exposición y burla hacia la anciana.

Pero, en este punto, conviene hacer una salvedad. La turista española no filmó a nadie deliberadamente. No se le acercó a la anciana de mala manera y le preguntó: «¿A qué tú vienes aquí? ¿A hacer una cola por un pan de mierda?» Fue de hecho, la anciana, quien con su actitud totalitarista se le acercó a la turista.

El problema aquí, al menos desde mi punto de vista y esto involucraría también a Boza Ibarra, es en que ha existido en la isla una doctrina o un adoctrinamiento en las masas, de las que incluso Boza Ibarra no ha podido escapar. Fue Fidel y la Revolución, quienes precisamente limitaron – o mejor dicho, cercenaron – el derecho a cada cual a creer en lo que diera la gana, si esta creencia iba en contra o se apartaba de la Revolución o lo que ellos entendiesen por Revolución.

Tal manoseo y adoctrinamiento, con el bombardeo mediático de que viven en una plaza sitiada y que todo lo que se graba y expone en las redes responde al enemigo, es en buena medida responsable de que la anciana revolucionaria, en lugar de acercarse de buenas maneras, llegó a dónde no fue llamada de manera ofensiva a decir «¿A qué tú vienes aquí? ¿A comer mierda?» mientras que otro anciano llamaba a la turista y su acompañante «COMEMIERDAS».

Esta falsa sensación de tener derecho a hacer lo que se hizo en nombre de lo que se cree, no puede traspasar el derecho colectivo. Esta sensación «cederista» de imponer en el espacio público tu criterio llega incluso a las redes, donde no pocas veces vemos a personas decir que las redes sociales «No son para eso» o que las redes sociales no son tribuna para dirimir eso.

En ese sentido, que otro pierda la compostura, adopte una posición que nos resulte agresiva sin ser explícitamente agresiva, no puede darle el derecho a nadie de ser explícitamente agresivo a la hora de defender lo que se cree, puede ser su derecho.

Ese «Fidelito» que muchos llevan dentro y que aún fuera les cuesta sacárselo del pecho, no debe ser el estandarte que vaya por delante a la hora de pedirte que apagues el celular.

Que sea anciana, que lleve canas, que sea mujer, madre o abuela, no le da derecho a esa cubana ni a ninguna otra persona a exigir privacidad de una manera agresiva.

La ley, al menos en ninguna parte del mundo normal en que este redactor ha vivido, le permite y perdona agresividad a nadie por sexo o edad.

En Cuba, no sé. En Cuba suceden muchas cosas paranormales. Incluso que venga un policía – lo hemos visto – o un Ministro de Cultura – lo hemos visto también – o un vocero del gobierno – Humberto López – y sin decirte palabra alguna, te de un manotazo e intente arrebatarte el teléfono celular.

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