Lo cubanos que se encontraban entre los migrantes ilegales detenidos en Lituania enfrentan cargos severos ante la justicia
Autoridades lituanas detuvieron el pasado fin de semana a diez migrantes ilegales en su territorio, y a dos personas que los transportaban en las regiones de Zarasai y Rokiskis. Entre los detenidos se encuentran varios ciudadanos cubanos, quienes ahora enfrentan serias repercusiones legales.
El domingo por la mañana, los guardias fronterizos del destacamento fronterizo de Vilnius del Servicio de Guardia de Fronteras del Estado de Lituania (SOGGL), con la ayuda de empleados del Servicio de Seguridad Pública, detuvieron un automóvil Peugeot 207 con números de registro alemanes en Zarasai para una inspección. El conductor era un ciudadano cubano de 46 años con permiso de residencia en Polonia.
Dentro del vehículo, los oficiales encontraron a tres personas escondidas detrás de los asientos, dos mujeres de 24 y 53 años y un hombre de 45 años. Dos de ellos portaban documentos de identidad que los señalaban como cubanos, mientras que una mujer, que se identificó como ciudadana lituana, viajaba sin documentos de identificación.
Más tarde ese mismo día, en el distrito de Rokiskis, los guardias fronterizos detuvieron otro vehículo, que transportaba varios pasajeros, incluido uno encontrado en el maletero, escondido entre bolsas y otros objetos. Ninguno de los pasajeros tenía documentos de identificación; uno se presentó como ciudadano de Afganistán, el resto como ciudadanos de India.
Ambos casos están siendo manejados por fiscales del departamento de procesamiento criminal de la Fiscalía del Distrito de Panevezys, y el medio que divulgó la noticia señaló que los tres ciudadanos cubanos, los dos que viajaban ilegales así como el chófer que los transportaba, enfrentan ahora posibles multas, arresto o encarcelamiento de hasta seis años.
Mejor suerte hasta ahora van corriendo otros tres jóvenes cubanos, entre ellos un adolescente de 16 años, que caminando por «el sendero del Darién» se encontraron con un reportero, y no perdieron la oportunidad de «saludar» a Díaz-Canel. Un saludo que ya se ha convertido como un mantra de la decepción que sienten los cubanos por la gestión gubernamental.
Solo un cubano podría entender que tras la aparente sonrisa, se encierra un mensaje de condena, por la situación en que los tres se encuentran: caminando por la selva, escapando de todo lo conocido, con la esperanza de encontrar, al final de la larga jornada que ni siquiera culmina con el cruce de la frontera, con una mejor vida entre las oportunidades que ofrece el capitalismo.
Dispuestos a cruzar – o cruzando ya – una de las selvas más peligrosa del mundo, los tres dijeron que se asentarían en la Florida, si lograban llegar, a la vez que manifestaron desconocer por qué hay tantos presos políticos, jóvenes, adolescentes -como ellos – incluso niños, después de las protestas del ya lejano y a la vez reciente, 11 de julio de 2021.
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