La canción sonaba en todas las emisoras y bailables populares. No había un «motivito» que no la pusiera para animar el ambiente y soltar un pasillo. La voz de Issac Delgado era inconfundible. El 44 30 25 cantaba el músico y la fiesta se ponía caliente, buena.
La canción es una de las más famosas de la carrera del salsero. Se estrenó durante los años 90 y fue grabada en 2014 en el disco Con ganas. Sobre el tema se contaron miles de anécdotas. Una de ellas aseguraba que el número de teléfono fue tomado al azar y que pertenecía realmente a una casa. Y de hecho la familia se vio obligada a cambiarlo ante las llamadas de los curiosos para saber si, en efecto, el número era real.
No se sabe a ciencia cierta si es fiel a la verdad la anécdota que se une a tantas otras relacionadas con la canción. Lo cierto es que el músico, como se dice popularmente, le dio «la pata a la lata» con la interpretación de dicho tema que no dejó de sonar durante largo tiempo entre los cubanos. Su ritmo contagioso y la sonora voz de Issac convirtieron el sencillo en un éxito absoluto, no solo de su repertorio, sino de la música popular cubana de todos los tiempos.
Como prueba solo basta decir que a varias décadas de su publicación todavía se canta y se recuerda por los bailadores cubanos. En aquellos tiempos Issac era un cantante jovencísimo que ya descollaba en la música cubana. Tenía como soporte un grupo de excelencia que le ponía sabor a sus canciones y a los conciertos que llenaba sin dificultad.
La canción, sin embargo, no pertenece a la autoridad de Issac sino del pianista y compositor Giraldo Piloto, director del grupo Klimax. No obstante, el tema se populariza en la cadenciosa voz del salsero que, tras varios años en Estados Unidos, volvió a asentarse en Cuba, donde ha continuado su carrera profesional.
