La crisis demográfica en Cuba se ha profundizado de manera alarmante, afectando especialmente a las provincias de Sancti Spíritus, Villa Clara y La Habana, que ahora se destacan como las más envejecidas del país. Esta situación es el resultado de una combinación de factores como la baja natalidad y la creciente emigración, que han dejado a estas regiones sin un relevo generacional adecuado.
En Sancti Spíritus, por ejemplo, el 23,3% de la población tiene 60 años o más, según informó Rubén Calante, asesor del Programa de Atención del Adulto Mayor en la provincia. Este envejecimiento acelerado es especialmente evidente en municipios como Fomento y Cabaiguán, donde el número de personas mayores de 80 años sigue aumentando.
Ambos municipios, agrícolas, de los más importantes en el país en años anteriores en cuanto a producción de alimentos, han visto cómo las generaciones posteriores han emigrado del campo a la ciudad. O al extranjero.
Con una población mayoritariamente campesina adulta, anciana, la falta de nacimientos y la continua salida de jóvenes del país han creado en los campos de Cuba un vacío generacional que no solo afecta a la mencionada Sancti Spíritus, sino a toda la isla.
El panorama no es mejor en Villa Clara y La Habana, donde también se observa un envejecimiento significativo de la población.
La situación en estas provincias es un reflejo de un fenómeno nacional más amplio, donde la emigración masiva y el decrecimiento natural han llevado a una disminución notable de la población. Ambas provincias en la cost norte, junto a Matanzas, son de las que más han sufrido el drama migratorio.
Cuba: solo 90.300 nacidos en el 2023
En 2023, Cuba registró la cifra de nacimientos más baja en seis décadas, con solo 90.300 nacidos. Este dato es un indicio claro de la profunda crisis que enfrenta el país en términos demográficos.
El impacto del envejecimiento se ve agravado por la insuficiencia de recursos destinados a los ancianos. A pesar de la gran cantidad de personas mayores, el gobierno cubano no ha logrado garantizar pensiones adecuadas ni la infraestructura necesaria para atender a esta población. Los hogares de ancianos y las casas de abuelos son escasos y no satisfacen las necesidades de una población que envejece rápidamente.
Además del envejecimiento, la disminución de la población es otro factor crítico que enfrenta Cuba.
Según un estudio demográfico independiente realizado por el economista y demógrafo Juan Carlos Albizu-Campos, la población cubana se redujo en un 18% entre 2022 y 2023, situándose en 8,62 millones de personas. Este descenso es atribuido en gran medida al éxodo masivo de cubanos hacia el extranjero, principalmente a Estados Unidos, donde 738.680 personas emigraron entre octubre de 2021 y abril de 2024.
Este éxodo ha exacerbado el problema del envejecimiento, dejando a Cuba con una población cada vez más vieja y menos numerosa. El crecimiento vegetativo, que ya era negativo debido a la alta mortalidad y la baja natalidad, se ha visto aún más afectado por la salida de jóvenes en edad de procrear, lo que agrava la falta de renovación generacional.
El futuro demográfico de Cuba es incierto y preocupante. Con una población en declive y envejecida, las perspectivas para el país son sombrías. La disminución de la población económicamente activa, pronosticada por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) para 2030, parece estar ocurriendo mucho antes de lo previsto. Mientras tanto, el gobierno enfrenta el desafío de encontrar soluciones a esta crisis, en un contexto de limitados recursos y crecientes problemas económicos.
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