En Villa Clara dos jóvenes médicos, de 25 y 28 años han muerto por coronavirus. Dejan hijos pequeños huérfanos
Durante el fin de semana en redes sociales corrió la aflicción al trascender la noticia de la muerte de dos jóvenes médicos cubanos, de 25 y 28 años respectivamente.
Refiere el post de Facebook que Diana Rosa Saborido Rodríguez (25 años) se había graduado hace un año de Medicina y laboraba en el poblado de Calabazar de Sagua, en el municipio de Encrucijada (VillaClara).
También se lamentaba el fallecimiento -en otra publicación- del joven cirujano villaclareño Osmar Paz (28 años), víctima de la Covid19. Era nacido en Camajuaní (Villa Clara).
A propósito del fallecimiento de estos dos jóvenes médicos cubanos, el biólogo Amilcar Perez Riverol reflexionaba: «Siento especialmente los fallecimientos de médicos. Lo he escrito muchas veces. Es durísimo que quienes han salvado a tantos, quienes se arriesgan a diario por nosotros, mueran. Duele especialmente. Tengo una sensibilidad especial ahí.Tengo muy claro que el riesgo de fallecer por COVID-19 no depende solo de estar vacunado o no, o de los niveles de eficacia de las vacunas. Edad, comorbidades, tratamientos concomitantes, factores genéticos, estado inmunológico, carga viral, calidad de la terapia Todo se combina».
Posteriormente señala la situación real que se reporta acerca de los medios para protegerse del coronavirus con que cuentan los galenos de la isla en hospitales y centros de aislamiento:
«Los médicos se enfrentan a un riesgo muy superior por varios elementos, sobre todo porque se exponen a una elevada carga viral con alta frecuencia. Los médicos también pueden reunir todos los factores de riesgo mencionados y encima, si como se ha informado en Cuba, las condiciones de trabajo y medios de protección muchas veces son inapropiados o casi inexistentes. El riesgo entonces, es aún inmenso. Encima en aquellos que deciden no vacunarse, es mínimo 10 veces mayor».
Perez Riverol insiste asimismo en la necesaria transparencia que debería acompañar cada información que el Ministerio de Salud (MINSAP) da a los cubanos acerca de la pandemia y cómo se enfrenta:
«Yo creo que las vacunas funcionan. Pero lo que yo crea es –casi irrelevante– al lado de lo que pueden hacer la publicación de los artículos científicos con los resultados de los ensayos clínicos, de los análisis sobre qué está pasando entre vacunados vs no vacunados para hospitalizaciones, casos graves y muertes. Sobre la efectividad en el mundo real. Al lado de no dejar que las preguntas se apaguen, sino de iluminarlas con análisis y comunicación inmediata y transparente dentro del respeto a la ética y privacidad de los involucrados».
Una internauta comenta en el post de Amilcar: «tú crees que con el caos que se vive hoy en los centros de aislamiento y hospitales se puede llevar registro de nada? Yo no lo he vivido, por suerte, pero amigos míos que si han estado ahí me han contado de negligencias graves en los tratamientos, tratamientos incompletos, médicos que llegan a los turnos y es a preguntar el mismo cuestionario del primer día una y otra vez, etc. Sin contar las condiciones, bañándose con agua fría, con una alimentación pobrísima, sin acompañantes. Si no pueden ni seguir la historia clínica de cada ingresado va a existir un registro para hacer una investigación publicable de nada? Ademas de la repercusión que tendría una investigación de ese tipo, no para la vacuna, sino para la credibilidad del sistema de salud».
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