Agentes de Inmigración, presumiblemente, evitaron que los familiares del balsero cubano Julio César Capote pudieran hacerle entrega de ropa y verle, luego del trauma vivido por este hombre que navegó 10 días a la deriva, y que vio morir a las otras tres personas que lo acompañaban en la peligrosa travesía.
Tampoco se le ha permitido hablar telefónicamente con él. Su madre, desde Cuba, también ansía hablarle, pero Inmigración no se lo ha permitido.
Señala el periodista Alexis Boentes, de Telemundo51, que hasta el momento no hay un abogado de inmigración que se haya interesado por su caso; al tiempo que refiere que ni sus familiares en los EE.UU., ni aquellos residentes en Cuba, conocían del viaje.
“Yo me enteré por mi tío, que me llamó para decirme que se había ido y no sabía nada de él», dice un primo de Capote, residente en la Florida.
Adrián Delgado, primo del balsero cubano, explicó que estuvo buscando durante varios días videos para ver si alguien había grabado a su primo. Luego de la búsqueda infructuosa, fue cuando vieron el video grabado por un buen samaritano, en el cual se veía al balsero cubano a bordo de la endeble embarcación. Sin agua, sin alimentos.
“Diez días en el mar, solo, sin tomar agua, sin comida, te deshidratas y puedes morir, gracias a Dios lo encontraron a tiempo”, confiesa su primo.
El balsero cubano habría salido a mediados de agosto junto a otras tres personas, a bordo de en una precaria embarcación desde Playa Herradura, en el Mariel, provincia de Artemisa. De los cuatro, solo Capote fue encontrado con vida, el pasado sábado 28 de agosto en las cercanías de Fowey Rocks, Key Biscayne.
Estaba ya muy cerca de la ciudad de Miami, cuando fue avistado por el dueño del yate Spread Out. Este le ofreció ayuda en alta mar, y de inmediato llamó a los vigilantes del sector de Miami de la Patrulla Fronteriza. En la llamada les refirió que lo habían encontrado sin agua y sin alimentos, y que el joven le había dicho que hacía diez días que había salido de la isla, junto a otras tres personas. Solo él estaba subido a la armazón de madera y hierro, con bloques de poliespuma como fondo. Un artefacto más que peligroso, según las imágenes divulgadas por los Guardacostas en su comunicado, pero fue el que pudieron armar ellos para escapar de la miseria en la isla.
Cuando las autoridades llegaron al lugar, evaluaron de crítico su estado. Su nivel de deshidratación era tal que fue remitido de inmediato al hospital Jackson Memorial.
Inmigración dice que el balsero cubano «está bien»
Hasta el momento se desconoce, y los familiares no lo refieren -tampoco el reporte de Telemundo51– por qué Inmigración no le ha permitido una llamada telefónica al balsero cubano. Ni siquiera a su madre, en Cuba.
Según destaca su primo, le han dicho que está bien y que dentro de unos días estaría completamente recuperado. Sobre si tendría posibilidades de permanecer en los EE.UU. no les han comunicado nada.
La madre del balsero califica de «pesadilla» lo sucedido.
Yudeisy Capote dice estar un poco más aliviada ahora que su hijo fue encontrado, pero su felicidad no es completa, pues en la travesía murió su hermano, tío del joven balsero cubano.
«Uno de los desaparecidos es mi hermano”, admitió con vez apesumbrada la mujer.
«Loca estoy yo por sentir la voz de él [Julio César], por saber que está bien”, confiesa la afligida madre.
La familia espera que algún abogado se interese en el caso y que ayude al joven a permanecer en los EE.UU., como era su sueño, y que no sea deportado a la isla.
«Desde el 1 de octubre de 2020, la Guardia Costera ha interceptado a un total de 697 balseros cubanos, cifra muy superior a los 49 migrantes interceptados en todo el año fiscal pasado, e incluso a los 313 del año anterior», señala Cibercuba Noticias en una nota fechada hoy.
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