El envío de médicos cubanos a países como Italia solo agrava la crisis interna, al privar al país de los pocos profesionales de la salud que aún quedan.
Sin medidas urgentes para resolver las profundas deficiencias del sistema sanitario cubano, el riesgo de muertes evitables seguirá en aumento, afectando a una población que ya ha soportado demasiado.
La crisis del sistema de salud en Cuba ha alcanzado niveles alarmantes, con una escasez crítica de médicos y medicamentos que ha incrementado significativamente el riesgo de muertes evitables.
A pesar de que el gobierno cubano continúa afirmando que la salud es un derecho garantizado y gratuito para todos, la realidad en las calles y hospitales del país es muy diferente.
Esta situación ha derivado en un colapso del sistema sanitario, agravado por la corrupción, la fuga de profesionales de la salud y la desesperada búsqueda de soluciones por parte de la población.
El colapso del sistema sanitario cubano
La Salud Pública en Cuba, una vez considerada uno de los logros más importantes de la Revolución, está en estado de implosión. La Ley de Salud Pública de 2023 garantiza el acceso gratuito a servicios médicos y medicamentos, pero la escasez de insumos y personal ha obligado a la población a pagar por servicios que deberían ser gratuitos.
Los cubanos enfrentan interminables listas de espera para procedimientos quirúrgicos básicos, y muchos optan por pagar a médicos en operaciones clandestinas dentro de los mismos hospitales públicos. Este fenómeno no es aislado; cada vez más cubanos recurren al mercado negro para obtener la atención médica que necesitan.
La falta de insumos y personal ha forzado a la población a pagar por servicios médicos que deberían ser gratuitos. La práctica de pagar directamente a médicos y otros profesionales para recibir atención es ahora común. Incluso los dentistas, han comenzado a operar de manera privada e ilegal.
El caso de Dania, una contadora en Santiago de Cuba, ilustra esta realidad. Su esposo, con una hernia inguinal que empeoraba día a día, estuvo en una lista de espera durante más de un año. Desesperados, pagaron 4,000 pesos a un médico para que realizara la operación de manera clandestina en el Hospital Militar, recoge Diario de Cuba. Este tipo de operaciones ilegales se han vuelto una práctica común, reflejando la profunda crisis de la Salud Pública en Cuba.
La fuga y exportación de médicos cubanos: una crisis dentro de la crisis
La situación en los hospitales cubanos se ve agravada por la continua fuga de médicos y profesionales de la salud, quienes buscan mejores oportunidades fuera de la isla. Los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales han empujado a muchos a abandonar sus puestos en el sector público, dejando a los hospitales en un estado crítico.
La ausencia de médicos no solo afecta a Cuba, sino que ha tenido repercusiones internacionales. En ocasiones para beneficio de otros, en detrimento de los cubanos.
Mientras el sistema de salud cubano se desmorona, el gobierno continúa enviando médicos a otros países como parte de sus misiones internacionales. Recientemente, un grupo de médicos cubanos llegó a la región de Calabria, en Italia, para reforzar los hospitales locales que enfrentan escasez de personal. En particular, 18 médicos han sido asignados a la provincia de Catanzaro, con 10 de ellos destinados al servicio de urgencias del hospital de Lamezia Terme.
Estos médicos cubanos han sido bien recibidos en Italia, donde la falta de personal médico local también es un problema grave.
Sin embargo, la partida hacia otras tierras del personal de salud cubano, agrava aún más la crisis en Cuba, donde la ausencia de profesionales calificados ha dejado a muchos hospitales sin la capacidad de atender a la creciente demanda de servicios médicos. Mientras los médicos cubanos son enviados al extranjero, los hospitales en Cuba, como el de Cienfuegos, enfrentan una realidad cada vez más desesperada, tal y como recoge el portal independiente de noticias cubano 14ymedio.
Cienfuegos: un microcosmos de la crisis nacional
El hospital provincial de Cienfuegos es un claro ejemplo del colapso del sistema de salud cubano.
La escasez de sanitarios y medicamentos ha llevado a muchos pacientes a evitar acudir a los hospitales, por temor a recibir un tratamiento inadecuado o a contraer infecciones nosocomiales. Lidia, una madre cienfueguera, relató cómo tuvo que esperar horas para que un médico atendiera a su hijo con una pierna rota. Incluso después de ser atendido, se enfrentó a la falta de yeso y un equipo de rayos X roto, lo que la obligó a buscar ayuda en otro hospital.
Esta situación no es única en Cienfuegos. Los hospitales en toda Cuba se enfrentan a carencias similares, con un número creciente de pacientes que prefieren quedarse en casa antes que arriesgarse a recibir atención en un sistema sanitario en ruinas. La muerte del queridísimo actor Carlos Massola, se presume, se debió más que todo a eso: Massola se negaba a ir a un hospital, temeroso de contraer un dengue o la fiebre del Oropouche; o incluso, que el régimen se lo quitara de encima, tal y como hicieron con la Dama de Blanco, Laura Pollán.
La fuga de médicos hacia el sector privado o al extranjero, como a Italia, ha dejado a los hospitales con una grave escasez de personal, agravando aún más la crisis.
El gobierno cubano, consciente del colapso del sistema de salud, ha hecho reiterados llamados a combatir la corrupción y mejorar la eficiencia en la prestación de servicios médicos. Sin embargo, estas promesas han quedado en gran medida sin cumplir, y la situación sigue deteriorándose.
El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, ha admitido que el cobro de servicios médicos en instalaciones públicas es un fracaso del sistema, pero no ha presentado soluciones concretas para resolver la crisis.
La viceministra Tania Margarita Cruz Hernández ha instado a una mayor eficiencia en el manejo de listas de espera y en la planificación de actividades quirúrgicas, pero estos llamados parecen caer en oídos sordos ante la magnitud del problema.
Mientras tanto, la población cubana sigue sufriendo las consecuencias de un sistema de salud colapsado, donde la falta de médicos, insumos y una gestión adecuada ha convertido la atención médica en un lujo al alcance de pocos.
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