El cuerpo sin vida de la joven Arletty Reyes Batista, de 24 años, y madre de una niña de 4, fue hallado en las inmediaciones del barrio La cuchilla, en San Germán, cabecera del municipio holguinero Urbano Noris, donde residía y fue vista por última vez el sábado 25 de junio, cuando se disponía a tomar un transporte que le llevara a la Universidad Oscar Lucero Moya, de la capital provincial, donde estudiaba.
Dos días después, el cuerpo apareció en la maleza, donde fue dejado por el asesino, identificado como un hombre de unos 60 años de edad, vecino de la víctima, quien según una fuente amiga de Arletty, comentó al medio independiente CiberCuba “estaba encarnado en ella” y en diciembre había intentado pagarle “dinero para estar con ella y ella no quiso”.
El individuo “le dio botella por la madrugada cuando ella iba saliendo del campo donde vivía para ir a la universidad”, según comentó otra fuente, y ya fue interrogado por la policía, ante la cual se declaró culpable y reveló detalles del crimen.
El de Reyes Batista es el segundo feminicidio que se confirma en Holguín en lo que va de año, con cifras nacionales alarmantes, que casi alcanzan la veintena de asesinatos de mujeres por motivos de género a manos de hombres violentos.
El 12 de abril pasado, la pareja de Yamilka Silva, madre de dos niños, la ultimó en horas de la madrugada en Báguanos, comunidad rural ubicada a 29 kilómetros de la ciudad de Holguín.
La desaparición de Arletty el sábado 25 provocó gran alarma en las redes sociales donde varios usuarios publicaron avisos solicitando datos de su paradero. “Por favor, necesitamos que cooperen. Esta muchacha ha desaparecido y no se sabe nada de ella, no dejó rastros. Tiene 24 años y una niña de 4 añitos que la llama”, escribió un usuario, lamentando que “sus padres están muy tristes y desesperados, el pueblo de San Germán la busca.”
Tras conocerse su deceso, sus amistades clamaron por justicia y manifestaron su tristeza por la ausencia definitiva de la muchacha. “Siempre te vamos a recordar como aquella muchacha sonriente que saludaba a todo el mundo”, escribió Lisaydis Velázquez, declarando que sentía “un dolor tan grande que es difícil de explicar. Aunque no llevara tu sangre te quiero como una hermana. Todavía no lo asimilo. Seguirás viva en mi corazón y te vamos a querer siempre”.
