Desde que comenzó la Eurocopa los cubanos han podido ver por la TV bastantes partidos sin muchos «apagones» tras cuatro jornadas, al menos en La Habana, es esa la sensación .
El gobierno anunció un buen paquete deportivo internacional por la pequeña pantalla entre junio, julio y agosto con las futboleras Eurocopa en Alemania y la Copa América en Estados Unidos, y los Juegos Olímpicos de París.
Las autoridades, en medio de la crisis financiera local por la que se han suspendido numerosos torneos de mayores y los campeonatos nacionales juveniles, no han develado el monto que se ha tenido que destinar en estas inversiones que de entrada es de varios miles de dólares a gastar sólo en los viáticos, pasajes en avión y hospedaje para el equipo de la prensa oficial a París que incluye también a a los de la televisión y radio, más los tradicionales acompañantes.
Como ocurre siempre volverán las críticas recurrentes de los que también piden ver el béisbol de las Grandes Ligas donde actúan una treintena de cubanos. Por lo pronto hay que volver a sufrir los aportes mundiales a la narración «suelta eso que es candela», o un «titiritico» ( a no ser que traiga algo nuevo el hiperkinético relator 20 años después), mientras se continúa impidiendo que la teleaudiencia cubana escuché comentarios de ex estrellas profesionales de las transmisiones internacionales. Cuando se compran estas ofertas televisivas se desprende que se puede usar el audio y los comentarios de estos ex jugadores-cronistas junto a la imagen…
El momento más emotivo de la Eurocopa hasta ahora lo protagonizó el danés Christian Eriksen. Hacía 1,100 días , el 12 de junio de 2021, cuando el debut de Dinamarca ante Finlandia en la anterior Eurocopa, a Eriksen se le detuvo el corazón y se desplomó sobre el césped al filo del descanso del partido. Rápidamente las emergencias saltaron al terreno para tratar de reanimar al jugador con un desfibrilador extremo automático para restablecer su corazón.Luego lo cubrieron con una manta y se lo llevaron con urgencia a un hospital de Copenhague. Todos, jugadores y espectadores, imaginaron lo peor. El diagnóstico: un infarto. Ya de entrada, nadie puso en duda que el fútbol había terminado para él.
Por esa época otros casos de futbolistas con desmayos se produjeron en distintas partes del planeta y nuevamente los médicos deportivos alertaban sobre la rigurosidad de exámenes médicos desde las edades tempranas.
Después de ocho meses de recuperación, y al no haber sufrido ningún daño cerebral, el danés pudo continuar con su carrera profesional como futbolista. Fue este domingo 16 de junio de 2024, cuando Eriksen volvió a vestir la camiseta en la Eurocopa de 2024, y en el minuto 18 del partido contra Eslovenia, anotó el primer gol del encuentro y el único de su equipo que soportó el empate a última hora cuando ya parecían celebrar…
El momento más dramático ocurrió este domingo fuera de los estadios: un ciudadano alemán intentó detener con un martillo puntiagudo y un coctel Molotov la marcha de unos 13,000 aficionados holandeses que se dirigían hacia el parque de Hamburgo donde su selección jugaría contra Polonia. La policía le pidió que soltara sus artefactos criminales y al negarse intentar atacarlos agentes le dispararon en una pierna.
Este lunes André G. (39 años ) yacía fuertemente custodiado en un hospital de Hamburgo. El hombre aparentemente es un enfermo mental. Ahora un juez tiene que decidir qué pasará con él: ¿prisión preventiva o hospital psiquiátrico? El hombre estaba a la espera de ser trasladado a una celda de custodia policial. Este lunes un juez definirá qué cargos se le imputan Actualmente existe una acusación de intento de homicidio. Mientras tanto, la policía busca pistas sobre el motivo del perpetrador. Lo único que por el momento tiene claro el fiscal es: «No hay ninguna relación con la violencia organizada en el fútbol».
Por este motivo, agentes de la policía criminal de Buchholz visitaron el domingo por la tarde a su madre , de acuerdo al medio Bild y registró la casa en busca de pruebas, artículos peligrosos y líquidos inflamables. El periódico se enteró de que André sufre graves problemas psicológicos desde hace mucho tiempo. Estuvo ingresado varias veces en la clínica psiquiátrica de Lüneburg, pero en todas las ocasiones fue dado de alta. Se dice que hace tres años amenazó a agentes de policía.
¿Qué había pasado antes? Fue visto correr desnudo por el jardín y salir a la calle con un hacha. Al parecer, el día del crimen, André G. sólo le dijo a su madre que quería asistir a un velorio público en el estadio Heiligengeistfeld. Poco antes del crimen, había colgado en Internet un martillo.
El grito del verano: » !Corriente, Comida, y Gooooool!