Si algo se esperaba de la final del triple salto en los Juegos Olímpicos de París 2024 era que los cubanos Jordan Díaz (España) y Pedro Pablo Pichardo (Portugal) se repartieran el oro y la plata. Menos pensado era que un coterráneo, que como ellos compite por un país europeo, se llevara el bronce. Pero Andy Díaz lo hizo.
Nacido en La Habana el 25 de diciembre de 1995, Andy, que representó a Italia en la cita estival en la capital francesa, no olvida sus primeros meses en Roma ni cómo llegó la medalla olímpica en la noche del pasado viernes 9 de agosto.
“No tenía nada y vivía de nada. Dormí varias veces en la calle frente a la oficina de inmigración en Roma, luego trasladaron la oficina y yo también me fui para el otro lado”, contó en entrevista concedida a Il Messaggero el naturalizado italiano, uno de los protagonistas del inédito podio de cubanos emigrados en París.
“Tuve que dormir cerca para no perder la prioridad en la cita del documento. A veces no veía buenas escenas. Luego me las arreglé lo mejor que pude durante el día”, contó, consciente de que las “muchas noches pasadas en la calle no fueron en vano”.
El atleta de 28 años y 1,92 metros de estatura obtuvo la ciudadanía italiana en febrero de 2023, tras una resolución del Consejo de Ministros, a propuesta del titular del Interior Matteo Piantedosi.
Según detalla la prensa italiana, el procedimiento de concesión de la ciudadanía del cubano fue iniciado por el propio presidente del Comité Olímpico Nacional Italiani, impresionado por sus excelentes resultados deportivos.
Después de hacerse italiano, Andy dejó claro que la mejor manera de agradecer a todas las personas que lo ayudaron y a Italia por adoptarlo como a un hijo era darles una medalla.
Desde los nueve años, cuando su madre lo llevó por primera vez a una pista de atletismo, Andy practicó salto de altura y de longitud, aunque terminó quedándose con el triple.
En busca de un mejor futuro, el joven decidió irse a Italia, después de que no pudo competir debido a una lesión en las Olimpiadas de Tokio 2020, a las que asistió como parte de la delegación cubana.
Ahora, luego de quedar tercero en París, Andy agradeció especialmente a su entrenador, Fabrizio Donato, medallista de bronce olímpico en el triple salto en Londres 2012, quien lo acogió bajo su techo y lo ayudó a legalizarse en Italia, además de ser su mentor.
Todavía Andy, que conquistó la presea olímpica con un salto de 17,64 metros, lo mejor que ha hecho en la temporada, tiene tiene metas por cumplir en el atletismo mundial.
Tiene como marca personal los 17,75 que saltó en el Golden Gala de Florencia en junio pasado, con lo que superó el récord nacional (17,60), establecido en 2000 por su propio entrenador.
Ganador de la Diamond League en 2022 y 2023, a principios de este año fue reclutado por las Fiamme Gialle y comenzó a entrenar en la estructura de Castelporziano en Roma.
Según detalla Il Messaggero, el baile y la cocina romana: desde la carbonara hasta los cornetti y los supplì de arroz son otras de las pasiones del caribeño.