Alrededor de un centenar de cubanos con I-220 A protestaron el miércoles por la tarde, paraguas en una mano y pancartas en la otra, frente a la oficina principal del Departamento de Seguridad Nacional en Sweetwater, Miami, para pedir una revisión de sus casos y un cambio de estatus bajo la Ley de Ajuste Cubano.
Bajo los gritos de «I-220A Parole», los manifestantes desafiaron la lluvia, y ofrecieron declaraciones a medios como Univisión23 Miami y Telemundo51, los únicos que cubrieron la protesta.
La protesta de los I-220A tuvo también un tono de denuncia político, pues los manifestantes, con consignas, arremetieron contra las autoridades de la isla y en sus demandas se podía ver una clara comprensión del por qué estaban en ese situación.
Algunos de los demandantes pidieron ayuda de las autoridades norteamericanas para poder legalizar su status migratorio en el país, mientras que otros, como Vladimir Valdivia denunciaron que, mientras a ellos no les permiten regularse, hay «otros ya regulados que hacen negocios con la dictadura» y otros que entran por la frontera y reciben Parole, como es el caso de Hansel Aragón, de quien Vladimir alega es represor de Jatibonico que incluso, durante una protesta en la isla llegó a ponerle su pistola de reglamento Makarov en la sien.
Un matrimonio de el municipio Cerro, que estuvo secuestrado en La Habana junto a la activista Iliana Hernández, actualmente en España, también se encontraba en la protesta, y fue vista conversando con Esteban Rodríguez, uno de los acuartelados de San Isidro, quien se encontraba también cubriendo la protesta, acontecida en horas de la tarde del miércoles.
Todos en sentido general manifestaron que comprenden la situación; que entraron de manera ilegal a los Estados Unidos y que son las autoridades de los Estados Unidos quienes tienen, en sentido general, la potestad de admitirlos o no indefinidamente.
Sin embargo, alegaron que lo hicieron escapando de la dictadura cubana que los mantenía oprimidos en la isla.
Igualmente señalaron que ellos no tienen intenciones de volver a Cuba, en respuesta a planteamientos recientes surgidos en las redes sociales y que encontraron voz en el Senado recientemente durante una intervención del senador Marco Rubio, en la que se cuestionó el hecho de que buena parte de esta emigración cubana, legaliza su status, argumentando que huyen del régimen en La Habana, pero que apenas tienen su residencia viajan de regreso a la isla, hasta seis veces al año.
En sentido general y a pesar de la lluvia, la multitud enardecida se diferenció y mucho de la primera protesta efectuada frente al Versailles, donde no pocos de ellos manifestaron que su interés no era «político», sino resolver su situación y status migratorio.
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