La actriz cubana Aylín Mujica confesó ante las cámaras de Telemundo que su ex pareja, el actor colombiano Gabriel Valenzuela (padre de su hija Violeta, de 12 años) “ya ni se atreve” a dirigirle la palabra.
En comentarios durante su paso por el reality show “La casa de los famosos”, la famosa villana de telenovelas como “Marina” o “Corazón Valiente” recordó que su relación con el padre de Violeta no terminó en muy buenos términos.
Sin embargo, la cubana asegura que “nunca” le prohibió a su hija ver a su papá. “Jamás en la vida. Al contrario. Yo lo llamaba y le decía: ‘Llámala de vez en cuando, para que no sienta tu ausencia’”, contó Aylín Mujica a sus compañeros en el reality que conducen Héctor Sandarti y Jimena Gallego.
Violeta quiere mucho al actor colombiano, aunque no mantenga ningún tipo de comunicación con la cubana. “Ella quiere a su papá. Sí, claro, porque yo nunca le he hablado mal de él, al contrario, ese es su papá y ella lo quiere”.
“No sé nada de él porque, cuando va a buscar a Violeta, ya ni se atreve a hablarme. Ni me escribe a mí, se pone de acuerdo con la niña y la niña es la que me dice ‘mi papá va a venir por mí’”, reveló.
Aunque la relación entre la ex pareja es bastante respetuosa, Aylín prefiere que su hija siempre se quede a dormir en su casa, y no en la de Valenzuela. “A veces Viole no quería quedarse a dormir en su casa porque él ya tiene otra pareja. Yo prefiero que duerma en mi casa, la verdad”.
La actriz cubana estuvo casi dos meses aislada del mundo exterior, como ordena la premisa de La casa de los famosos. Pero el jueves, pudo reencontrarse con su hija Violeta en los estudios de grabación del programa.
Ambas se fundieron en un emotivo abrazo inmediatamente. “No puedo creer esto. ¿Qué haces aquí amor?”, dijo Mujica al borde de las lágrimas. “Déjame verte, estás enorme”, expresó.
Violeta es fruto de la historia de amor que mantuvo Aylín años atrás con el actor colombiano Gabriel Valenzuela, a quien conoció mientras grababa en 2009 en Colombia la telenovela “Niños ricos, pobres padres”.
