Les robaron tres maletas con 23 kilogramos de medicamentos cada una; les sacaron de otra maleta todos los antibióticos que iban dirigidos a un hospital en una provincia de Cuba. Recientemente alguien intentó, valiéndose de ellos, cobrar los kilos de medicamentos a Cuba a 13 euros. Sus fondos se han ido agotando y a duras penas se sostienen. Llevan meses pidiendo una vía regular para el envío de medicinas a Cuba. Las aerolíneas les han ido cortando las libras que antes les permitían llevar en las bodegas de sus aviones; pero a pesar de todo eso, los activistas exiliados que en España llevan aproximadamente 7 meses enviando medicinas a Cuba, a las manos de cubanos necesitados, se resisten a abandonar su labor.
A pesar de que es de madrugada se levantan. A pesar de que posee una cardiopatía, Masiel Rubio se aventura a cargar, junto al chófer de un camión, 550 kilogramos de medicamentos para ser enviados con urgencia a Valencia, desde donde, pronto, un contenedor propiedad de un emigrado, les ha cedido el espacio para que esas medicinas vayan a la isla. Masiel ha puesto dinero de su bolsillo; de su cuenta de banco, para que esas libras lleguen a Cuba.
Masiel cree que pronto podrá reponer ese dinero. De hecho, ni siquiera está del todo contenta porque le faltó completar parte del dinero del contenedor. Por suerte, el dueño se lo ha fiado.
Así, entre tropezones de la vida, no tanto interés de los que pueden ayudar, sacrificando el tiempo libre y sin buscarse un centavo a cambio, transcurren los días de los activistas exiliados que en Madrid y en Valencia, principalmente, trabajan sin ayuda del gobierno cubano -a maleta limpia, me ha dicho un amigo- y que así, a buchitos, han logrado enviar ya 2 toneladas de medicamentos a Cuba. Otras dos están en camino. Otras más están a la espera de ser recogidas en los «centros de donación» y no se han recogido porque sencillamente no tienen espacio donde acomodar tanta ayuda.
Se han beneficiado pueblos enteros con estas ayudas. Los testimonios se constatan a cada rato en las redes sociales. Ningún medio desde la isla, oficialista, se ha hecho eco de la labor que ellos realizan. Y ninguna de las plumas del periodismo oficialista se ha interesado en esta labor altruista desde España.
Son como el barco que navega contra la corriente. Son activistas. Gente que trabaja independientemente del gobierno; a veces negados por este, en otras cuestionados.
Por suerte, las vilipendiadas redes sociales dan cuenta de su labor. Si fuera por el oficialismo… y que se siga desgañitando Cristina Escobar.
Todo aquel que desee ayudar a que este proyecto de ayuda en medicinas e insumos médicos continúe llegando a Cuba, puede realizar su donación en la plataforma Kofi, en el siguiente enlace (aquí).
