Como si se tratara de una novela o un cuento de realismo mágico, una filial habanera del Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS) quedó inhabilitado de sus funciones por un brote de pulgas.
Varias personas confirmaron el rumor que satíricamente comenzó a circular en las redes sociales e informaron más tarde que las autoridades de salud pública habían tenido que fumigar el sitio para contener la propagación del vector.
“Uno que recién empieza a creerse que entendió algo de la vida, y de repente se entera de que la dirección municipal del INASS de Playa ha cerrado por pulgas”, escribió una persona en Facebook.
Lo cierto es que aunque parezca pasaje medieval, el brote de pulgas en la capital cubana, incluso en otras regiones del país, no es algo demasiado nuevo, ni demasiado exclusivo de los animales, como podría pensarse de acuerdo con las exigencias sanitarias que deberían prevalecer en este siglo.
Sin embargo, las condiciones insalubres de muchas viviendas y establecimientos públicos los hacen paraísos para las pulgas y otros ácaros diminutos que suelen infectar las pieles humanas y producir enfermedades, como la sarna, por ejemplo.
No han sido pocos los casos de esta enfermedad detectados en consultas de dermatología, de hecho durante los peores meses de la pandemia en Cuba, cuando los medicamentos comenzaron a escasear con mayor fuerza y el mercado negro se enriqueció con la venta de antibióticos y vitaminas, sucedió también que el fármaco utilizado en la cura de la escabiosis o sarna en humanos se volvió igual de costoso.
Mientras, en las farmacias se ausentaba la necesaria permetrina, en la calle a través de circuitos de compra y venta ilegales se podía encontrar el medicamento que salvaba la picazón de un buen número de cubanos, quienes casi sin entender adquirían por cualquier vía la molesta sarna.
El INASS, con sus 13 filiales provinciales y 146 municipales, ofrece atención estatal a todos los jubilados y pensionados del país, en esta última categoría, no solo entran niños huérfanos o con discapacidades, madres solteras y sin respaldo económico, sino también ancianos solos y otros muchos sectores de población que no pocas veces al año deben visitar alguno de estos establecimientos.
