El régimen cubano desató un amplio operativo de control en Baire, municipio de Contramaestre, tras las protestas del jueves por la noche, cuando decenas de vecinos salieron a la calle al grito de “¡Libertad!” y “¡Abajo la dictadura!”.
Según informó en Facebook el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) han comenzado a rastrear e interrogar a quienes participaron en las manifestaciones pacíficas. Entre los señalados figura el médico Erlis Sierra, residente en el barrio El Transformador, uno de los epicentros de la protesta.
Vecinos de la zona relataron que, al no hallar al doctor en su domicilio, los agentes amenazaron con arrestar a su padre, Merly, si el joven no se presentaba por cuenta propia ante las autoridades. Testigos describen un despliegue constante desde la madrugada: “Desde la madrugada el barrio permanece vigilado por agentes uniformados y policías vestidos de civil”, señalaron, aludiendo a un clima de hostigamiento.
Mayeta también reportó la detención de Osmani Heredia y denunció que personal sanitario está siendo citado y presionado por haber estado presente durante los sucesos. En redes sociales, residentes del municipio confirmaron la entrega de citaciones y pidieron respaldo para los afectados. “Se comprometieron a no hacer citaciones y aquí están citando en el Transformador. Lo primero que tienen que tener es palabra”, escribió un usuario en el grupo de Facebook Revolico Baire 360.
Las protestas en Baire se cuentan entre las más notorias en Santiago de Cuba desde el 11 de julio de 2021 y el 17 de marzo de 2024. El malestar ciudadano vuelve a asociarse con los apagones prolongados, la escasez de alimentos y el colapso de servicios básicos. Mientras crece el descontento, la respuesta oficial repite su libreto: vigilancia, amenazas y arrestos para neutralizar a quienes se manifiestan.
Aunque la versión gubernamental presentó los hechos como un “intercambio” entre autoridades y población, en paralelo a cortes de internet en el área, la página oficialista Héroes del Moncada difundió una nota para ofrecer su relato de los sucesos, en línea con un patrón ya conocido: publicar imágenes de “aparente calma” y, acto seguido, avanzar con detenciones y advertencias.
El comportamiento se asemeja a episodios recientes. Tras las protestas del 13 de septiembre en Gibara, desencadenadas por apagones y falta de agua en El Güirito, las autoridades aseguraron que «todo transcurrió sobre la base de la empatía y el respeto». Sin embargo, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos contabilizó al menos 27 detenidos; cuatro continúan en prisión y el resto bajo estrecha vigilancia.
En mayo, Bayamo vivió manifestaciones espontáneas por los mismos motivos: electricidad, alimentos y agua. Decenas salieron a exigir soluciones y a corear “¡No queremos más muela!”, en alusión a promesas incumplidas. La reacción oficial combinó presencia de tropas especiales y cuadros del Partido Comunista con cortes de conectividad y una ofensiva propagandística en redes afines, destinada a proyectar imagen de diálogo y control.
