La historia que circula en las redes es cierta en lo esencial: Lautaro Rivero, zaguero surgido en River Plate, vendía alfajores en semáforos de Moreno para ayudar a su familia en el 2023 y, dos años después, fue convocado por Lionel Scaloni a la Selección Argentina para los amistosos de octubre de 2025 (Venezuela y Puerto Rico). Es un hecho que muestra la resiliencia humana en toda su magnitud. La vida de un hombre: la de aquel que continúa creyendo en su sueño y que no se cae pese a las adversidades. La propia prensa deportiva argentina reconstruyó el relato —incluyendo que vendía en vacaciones de inferiores y que también hacía changas (trabajitos temporales, trueques, pequeños «negocios») — y confirmó la citación del seleccionador.
Los posts que hoy se comparten en Facebook (y que mencionan la Ruta 25 y los Guaymallén) no son invención: nacen de publicaciones virales de 2023-2024 que recuperan sus años de vendedor ambulante.
En notas recientes se repite que “hace apenas dos años” todavía vendía en la calle; leído en 2025, sitúa ese esfuerzo hasta 2023. En paralelo, el propio Rivero contó que alternaba productos (alfajores, flores, cuadernos) y que la experiencia lo marcó para siempre.
En lo futbolístico, el punto de inflexión fue su préstamo de 18 meses a Central Córdoba (SdE) a mediados de 2024: allí debutó en Primera, salió campeón de la Copa Argentina 2024 —título histórico del club— y vivió una Libertadores inolvidable, incluyendo el 2–1 a Flamengo en el Maracaná en abril de 2025. Con ese envión, River lo repescó en 2025 y lo consolidó en el plantel profesional.
Ya de vuelta en Núñez, firmó extensión de contrato hasta 2028 y sumó sus primeros minutos oficiales con la banda roja a mitad de 2025 (los partes de mercado y bases de datos registran su regreso y primeras apariciones). Lo demás ocurrió muy rápido: citación de Scaloni en octubre de 2025 y foco mediático por el contraste entre sus orígenes y el presente, con una valoración en Transfermarkt cifrada en 4 millones de euros. Nada mal para un hombre que dos años antes vendía dulces en las calles para llegar a fin de mes.
Y aquí está. Hace «14 horas» en su perfil de Instagram. Entrenando con la Selección Campeona del Mundo.
Una versión en dos años
En un semáforo de la Ruta 25, a la altura de Moreno, alguna gente aún recuerda al chico que ofrecía alfajores Guaymallén desde una cajita de cartón. Ese chico es Lautaro Rivero (21 años), hoy defensor zurdo de River Plate y flamante convocado por Lionel Scaloni a la Selección Argentina para la fecha FIFA de octubre de 2025.
La imagen de vendedor ambulante no es una metáfora: durante las vacaciones de inferiores, Rivero salía a la calle para sumar unos pesos y aliviar una casa con muchas bocas que alimentar. Dos años después, su nombre aparece en la nómina albiceleste como un central fiable: firme en el cruce, lectura de vuelo y carácter. Del semáforo al himno en apenas un par de calendarios.
La épica funciona porque está sostenida en datos: vendía; viajaba a entrenar después de jornadas largas; se fogueó en un club que hizo historia; y volvió listo para competir en un River exigente.
Falta el último peldaño —el debut oficial con la Selección—, pero la convocatoria ya es una señal clara. Si el fútbol argentino necesitaba un recordatorio de por qué sus historias aún conmueven, y ya tenemos bastante conocimiento de eso con las historias de Maradona y di María que más pobres no podían ser, ahí va este titular que se escribe solo: de vender alfajores (hasta 2023) a la lista de Scaloni (octubre de 2025).
