La estética de Miami no se limita a sus playas de arena blanca o a sus icónicas fachadas art decó. Su vibrante escena gastronómica también ha sido reconocida a nivel internacional: diez restaurantes de la ciudad fueron incluidos en la shortlist de los Restaurant & Bar Design Awards 2025, considerados los “Óscar del diseño” en la industria de la hospitalidad.
En esta edición número 17, que evalúa propuestas de cinco continentes, Miami brilló con espacios que combinan lujo, innovación y un guiño constante a la diversidad cultural de la ciudad.
Sin embargo, ninguno de los restaurantes seleccionados pertenece al universo más popular y entrañable de la comunidad cubana en el sur de la Florida. Lugares icónicos como Versailles, La Carreta o Sergio’s —donde se fragua la vida cotidiana del exilio, se discuten elecciones y se celebran victorias deportivas— no figuran en estas listas de diseño, porque su prestigio no se mide en arcos dorados ni mobiliario vanguardista, sino en tradición, sazón y memoria colectiva.
La exclusión no sorprende: estos premios buscan reconocer propuestas arquitectónicas y de interiorismo que deslumbran en lo visual, mientras que la épica de los restaurantes cubanos se sostiene en otro terreno, el de la autenticidad cultural y el arraigo emocional. Muy probablemente porque existe una comunidad cubana que hizo de Miami una ciudad más allá del «retiro para jubilados y turistas» que era antes de 1959, es que existen ahora otras propuestas con «mejor diseño».
Uno de los favoritos es Japón, ubicado en el elegante Setai Miami Beach. Diseñado por Saladino Design Studios, su techo de pan de oro, los faroles inspirados en el origami y los mosaicos con la grulla japonesa lo convierten en un rincón donde la tradición oriental se funde con el lujo tropical.
También figura Sparrow Italia, en Wynwood, con un aire de club privado marcado por arcos de madera imponentes, estuco veneciano y texturas aterciopeladas. En contraste, Lupita, dentro del Bayside Marketplace, es colorida y festiva, con murales, referencias urbanas y un diseño que exalta la cultura popular mexicana en clave contemporánea.
El Sunny’s, un asador de reciente apertura ya nombrado entre los mejores nuevos restaurantes de Estados Unidos, también entró en la lista. Su concepto combina la crudeza industrial de Miami con la sofisticación de Palm Beach, logrando un espacio que seduce tanto como su carta. A ellos se suma Sereia, en Coconut Grove, que recrea la costa ibérica con maderas naturales, un bar en tonos marinos y un mobiliario curvo inspirado en las olas.
Otros espacios que captaron la atención internacional fueron Oro, en Miami Beach, un despliegue de lujo con lámparas de cadenas doradas y arcos brillantes; Mika, en Coral Gables, con toques mediterráneos en terracotas y maderas envejecidas; Mimi Chinese, sensual con su iluminación tenue y cabinas rojas; Double Knot, que fusiona lo floral con el minimalismo; y Claudie, que traslada a los comensales al sur de Francia con esculturas, fuentes y paredes recubiertas de arte.
La selección de estos diez espacios confirma que Miami se ha consolidado como un laboratorio de diseño gastronómico donde convergen culturas, estilos y apuestas que van más allá del paladar. La ciudad no solo ofrece cocina de nivel internacional, también espacios que se convierten en destino en sí mismos, elevando la experiencia culinaria al terreno de lo sensorial y lo artístico.
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