No hay suficiente dinero para abastecer los cajeros automáticos en la isla, y los cubanos perciben que la bancarización tan cacareada ha sido un fracaso.
En Cuba, la crisis económica continúa agravándose, afectando profundamente la vida cotidiana de sus ciudadanos. Con una escasez persistente de dinero y recursos limitados, muchos cubanos enfrentan un futuro incierto, sin vislumbrar mejoras a corto plazo.
Recientemente, se han reportado problemas significativos en el sistema de cajeros automáticos en varias provincias. Entre ellas, la provincia de Sancti Spíritus.
Los cubanos residentes en la isla han experimentado dificultades para retirar dinero, complicando aún más la gestión de sus necesidades básicas.
Aunque las autoridades locales han prometido soluciones, tales como el reaprovisionamiento de los cajeros, estos esfuerzos no han sido suficientes para resolver el problema de fondo: la falta de liquidez en la economía cubana en medio de una inflación cada vez más galopante, con la depreciación cada día del poder adquisitivo del peso cubano. Cada vez se gasta más dinero y por ende, se agota más rápido, pues cada vez es más lo que necesitan los cubanos sacar de las cuentas bancarias.
Según un artículo de AP, esta escasez de efectivo es parte de una crisis económica más amplia que ha estado afectando a la isla durante años. Las sanciones internacionales, junto con una gestión económica ineficaz, han llevado a una disminución significativa en la disponibilidad de bienes básicos y servicios, incluyendo alimentos y medicinas. Esto ha provocado un descontento generalizado entre la población, que ve cada vez más lejana la posibilidad de una vida estable y próspera.
AP señala que la economía de Cuba depende en gran medida de las remesas y el turismo, pero sectores han sido golpeados duramente por las políticas internacionales y la pandemia global. Los cubanos que dependen de estas fuentes de ingreso han visto cómo sus posibilidades se desvanecen, incrementando la presión sobre un sistema ya de por sí debilitado.
AP indica que la falta de efectivo ha tenido un impacto directo en la capacidad de las familias para adquirir productos esenciales.
En muchas áreas, expresa el artículo, incluso cuando los productos están disponibles, los precios son tan altos que quedan fuera del alcance de la mayoría de los ciudadanos. Esta situación ha llevado a un aumento en la desigualdad y la pobreza, y ha empujado a muchos a considerar la migración como única salida viable.
Activistas y expertos económicos dentro y fuera de Cuba han criticado la falta de medidas efectivas por parte del gobierno para abordar estas cuestiones. Argumentan que sin un cambio significativo en la política económica y una apertura hacia reformas más liberales, la situación podría continuar deteriorándose, dejando a la población en una posición aún más vulnerable.
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