Ante la postura tibia de las instituciones oficiales cubanas respecto a las denuncias de acoso sexual contra el cantautor cubano Fernando Bécquer, luego que unos primeros 5 testimonios fueran publicados el pasado 8 de diciembre en la revista el Estornudo, le medio reproduce 16 nuevos testimonios de mujeres que claman haber sido agredidas por Bécquer entre 1999 y 2021. Tres eran menores e edad en el momento de los sucesos.
Los nombres de las mujeres han sido cambiados para mantener sus identidades en privado, y los testimonios coinciden en las estrategias y los modos que se le acreditan al Fernando Bécquer a la hora de abusar lascivamente de las mujeres a través de pretextos religiosos que fingen ser rituales de las creencias afrocubanas de las que se manifiesta cultor.
Básicamente, todas se relacionaron con el contexto de la trova joven de finales de los años 90 e inicios de los 2000, incluso como cantantes, amigas de otros trovadores, casi todas estudiantes universitarias, que era el público preferente de Bécquer, Silvio Alejandro, Samuell Águila, Adrián Berazaín, Mauricio Figueiral, y demás. Y en estas edades alrededor de los 16 y los 20 años se ha mantenido “operando” Bécquer.
La mayoría se encontraban en momentos vulnerables de sus vidas, y el cantautor les ofrecía “consultarlas” para ver sus suertes y destinos, y luego les anunciaba que tenía que hacerles una “limpieza”. Este acto, generalmente ejecutado por los babalawos, paleros y espiritistas, implica sacudir el cuerpo de las personas con haces de hierbas consagradas, agua bendecida y otros líquidos, oraciones y ruegos. Pero según los testimonios, Béquer les indicaba que había que sacar los malos espíritus por la vagina mediante la succión. Otras veces indicaba que cerraran los ojos y se masturbaba, entregándoles luego el semen en un envoltorio que debían botar en zonas específicas de la ciudad.
Algunas de las testimoniantes lograron detener el proceso en fases previas, y alegaron no saber entonces que se trataba de un abuso sexual, pues el concepto común de este implica la penetración directa.
Tras la primera ola de testimonios que publicaron varios medios no oficiales sobre los desmanes de Béquer, deslegitimados por defensores furibundos como Ray Fernández y Raúl Torres —que reducen todo a un estrategia de descrédito a Bécquer por ser “revolucionario”, en tanto Berazaín y Figueiral se desmarcaron alegando sus respectivas inocencias personales—, poco se ha sabido de los procesos judiciales abiertos contra el canatautor por afectadas como la escritora Elaine Vilar Madruga, que lo anunció públicamente, mientras que otras fuentes no reveladas aseguraron a El Estornudo que otras seis personas habían interpuesto recursos.
